Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 1 de mayo de 2020

Epidemias: UN DEBUT EN LA VIDA, de Honoré de Balzac

"Acabo de levantarme de la cama tras una enfermedad (…) cuyo germen era, según los médicos, una peste..."

(Fragmento)

- En Levante... -dijo Georges queriendo dar comienzo a una historia.

- En el viento...-interrumpió el maestro dirigiéndose a Mistigris.

- Digo que en Levante, de donde vengo -prosiguió Georges-, el polvo huele muy bien; pero aquí no huele a nada, sino cuando hay un depósito de mantillo como ése de ahí.

- ¿El señor viene de Levante? -dijo Mistigris con aire socarrón.

- Ya estás viendo que el señor está tan cansado que se ha puesto a poniente -le respondió su amo.

- Pues no le ha pegado mucho el sol -dijo Mistigris.

- ¡Oh! Acabo de levantarme de la cama tras una enfermedad de tres meses, cuyo germen era, según los médicos, una peste reconcentrada y pasada.

- ¡Has tenido la peste! -exclamó el conde con cara de asustado-. ¡Para, Pierrotin!

- Continúa, Pierrotin -repitió Mistigris-. Está diciendo que se trata de una peste pasada -dijo, interpelando al señor de Sérisy-. Es una peste que pasa en la conversación.

- Una peste de esas de las que se dice «¡Peste!» -exclamó el maestro.

- ¡Oh! ¡La peste se lleva a los burgueses! -replicó Mistigris.

- ¡Mistigris! -le reprendió el maestro-. Lo dejo en medio del camino si arma camorra. Así pues -dijo volviéndose hacia Georges-, ¿el señor ha ido a Oriente?

- Sí, señor, primero a Egipto y luego a Grecia, donde serví a Ali, bajá de Janina, con quien tuve una terrible disputa. Son climas que no se resisten. Por eso las emociones de toda la vida que da la vida oriental me han estropeado el hígado.


Honoré de Balzac (Francia, 1799-1850).

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