Regresa la primavera a Vancouver.

martes, 12 de junio de 2012

Decálogo de Ray Bradbury para los jóvenes escritores

 
No deja de ser paradójico el hecho de que Ray Bradbury, quien nunca tuvo educación universitaria, fuese invitado con frecuencia a compartir sus conocimientos sobre literatura con los estudiantes en diferentes universidades. El alguna ocasión, siendo ya octogenario en el año 2001, acudió a una institución académica de California, y de dicha plática, Colin Marshall extrajo una lista de consejos que me he permitido modificar para redondearlos en diez:

Nunca se debe empezar escribiendo novelas. Toman demasiado tiempo. Empieza escribiendo cuentos, al menos uno por semana. Dedica un año llevando a cabo esta práctica. Bradbury asegura que simplemente no es posible escribir 52 malas historias al hilo. Esperó hasta cumplir los 30 años para escribir su primera novela, Fahrenheit 451:Y valió la pena esperar”.
 
Es posible admirar algunos escritores pero hay que estar consciente de que no se les va a sustituir. Se debe tener eso en mente cuando, de manera inevitable, se imite a los escritores favoritos, así como él imitó a H.G. Wells, Jules Verne, Arthur Conan Doyle y L. Frank Baum, cuando apenas comenzaba a escribir.
 
Examina siempre la calidad de los cuentos. Bradbury sugiere Roald Dahl, Guy de Maupassant y los menos conocidos Nigel Kneale y John Collier. Nada en el New Yorker de hoy le satisface, pues considera que esas historias “carecen de metáfora”.
 
La lectura es una fuente inagotable para la creatividad. Para poder crear metáforas, Bradbury sugería una serie de lecturas nocturnas: un cuento, un poema, un ensayo cada noche; pero los poetas clásicos como Pope, Shakespeare o Frost, la poesía moderna es "basura, ni siquiera es poesía". Los ensayos pueden ser sobre una gran diversidad de campos, como los de Aldous Huxley y George Bernard Shaw, quien siempre tenía una opinión sobre todos los temas posibles, en particular sus debates con G. K. Chesterton. Al final de mil noches de lectura estarás lleno de ideas y metáforas. 
 
Deshazte de los amigos que no creen en ti. ¿Se burlan de tus ambiciones de escritor? La sugerencia es que cortes a esos amigos de inmediato. Cuando era joven y trataba de labrarse una carrera como escritor, un conocido al encontrarlo le dijo que no lo parecía, a lo que él le respondió: "pero yo me siento un escritor".
 
Vive en la biblioteca. No vivas en la “maldita computadora” navegando por internet. Bradbury no fue a la universidad, pero sus insaciables hábitos de lectura le permitieron “graduarse de la biblioteca” a los 28.
 
Enamórate del cine. De preferencia el clásico.
 
Escribe con alegría y no lo hagas para ganar dinero. “Escribir no es un negocio serio, es una celebración”. Si una historia comienza a sentirse como un trabajo, deséchala y comienza una nueva. “Quiero que envidien mi alegría”. La esposa de Bradbury “hizo un voto de pobreza” para casarse con él, porque sabía que quería ser escritor.
 
Elabora una lista con diez cosas que amas y diez cosas que odias. Luego escribe sobre las primeras y “mata” las segundas -también escribiendo sobre ellas-. Haz lo mismo con tus miedos.
 
Escribe cualquier cosa vieja que recuerdes. Bradbury recomienda la “asociación de palabras” para romper cualquier bloqueo creativo, pues “no sabes lo que hay en ti hasta que lo intentas”.
 
 
Jules Etienne
 
La ilustración corresponde a una antigua fotografía de Ray Bradbury escribiendo en su estudio.

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