Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).
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sábado, 3 de diciembre de 2022

DICIEMBRE, de George Bacovia

"La puerta y el patio se han cubierto de nieve, mira como nieva en diciembre..."

Mira como nieva en diciembre.
Observa la nieve por la ventana, querida-
Pide que traigan más leña
Para poder escuchar al fuego crepitar.

Empuja el sillón cerca del brasero,
Y entonces habremos de oírlo, por la chimenea.
La tormenta o mis días -es lo mismo-
Debo aprender su sinfonía.

Pide que nos traigan el té,
Y acércate más tú también, por favor,-
Léeme algo sobre los polos,
Deja que nieve… que nos sepulte la nieve.

Qué cálido es aquí, en tu casa,
Para mí es totalmente sagrada,-
Mira como nieva en diciembre…
No te rías… sigue leyendo en voz alta.

Es de día y qué oscuro está…
Necesitamos una lámpara, ¿la pedirás?-
Mira, la nieve está tan alta como la cerca
Y la manija de la puerta se atascó por la escarcha.

No voy a ir a casa ahora…
La puerta y el patio se han cubierto de nieve,
Mira como nieva en diciembre…
No te rías, sigue leyendo en voz alta.

George Bacovia:
Gheorghe Andone Vasiliu (Rumania, 1881-1957).

lunes, 12 de septiembre de 2022

Septiembre: OJO OSCURO EN SEPTIEMBRE, de Paul Celan

"... la ebria manzana, bronceada por el aliento de un proverbio perverso..."

Tiempo: celada de piedra. Y más copiosos se derraman
los bucles del dolor en torno al rostro de la tierra,
la ebria manzana, bronceada por el aliento
de un proverbio perverso: precioso y reacio al juego,
al que se libran en el maligno
reflejo de su futuro.
Por segunda vez florece el castaño:
un signo de la míseramente encendida
esperanza del pronto
retorno de Orion: de los ciegos
amigos del cielo el fervor de claras estrellas
lo llama a la altura.
No celado a las puertas del sueño
combate un ojo solitario.
Lo que a diario sucede,
le basta saber:
en la ventana oriental
se le aparece de noche la enjuta
figura andante del sentimiento.
En la humedad de su ojo hundes tú la espada.


Paul Celan: Paul Pésaj Antschel
(Poeta rumano en lengua alemana, nacido en Ucrania y fallecido en Francia, 1920-1970).

lunes, 30 de agosto de 2021

VENECIA, de Mihai Eminescu

"Para exhalar un aliento de vida a su dulce novia, golpeando los viejos muros con sus olas."

La vida se extingue en Venecia. Su orgullo cae.
No se escuchan los cantos, ni se ven las luces de los bailes;
En las escaleras de mármol, a través de portales antiguos
La luna penetra las paredes, lo inunda todo con su brillo.
 
Océanos se lamenta, llorando en los canales…
Condenado a la eterna juventud, florece:
Para exhalar un aliento de vida a su dulce novia,
Golpeando los viejos muros con sus olas.
 
Sobre la ciudad, silencio como el de un cementerio.
Un sacerdote permanece sobre el pasado vivo,
En San Marcos, siniestras campanadas de medianoche.
 
Con voz profunda, el discurso ominoso de Sibila
Tiene la cadencia de su presagio sombrío;
“Es en vano, niño, los muertos no reviven”.
 
 
Mihai Eminescu (Rumania, 1850-1889). 

jueves, 30 de enero de 2020

Tu boca: ALFABETO, de Ion Vinea

"El agua viene de tu boca..."

El día termina en tus ojos.
El día viene de tus ojos.
El agua viene de tu boca.
Las flores se parecen a tus encías.
El aire es joven en tu voz.
La primavera viene de tu vestido.
Hiciste los pájaros con tus manos.
La sombra se esconde en el ángulo de tu cuerpo.
Las lágrimas son luces para tu oreja.
La risa es una canción para tus dientes.
La noche es un hechizo de tu cabello.
Dormir es un momento de tu seno.


Ion Vinea (Rumania, 1895-1964).

martes, 27 de agosto de 2019

Tu boca: EL SALMO DEL MISTERIO, de Tudor Arghezi

"Tú que escuchas, sacándote del pecho parte de tu vestido, que con el fuego de tu boca besas..."

Oh, tú, la de otro tiempo
perdido en los caminos de la tierra!
Quién ha puesto tu frente sobre mi alma
tomando en ella el sitio de la madre?
Mujer en mí esparcida
como está la fragancia en una selva
porque tu nombre se escribió en el sueño
a golpe de hacha se grabó en mí mismo,
Tú amarraste mi vida a la canción
e hiciste que mis brazos la buscaran
en tus manos y sobre tus mejillas.
 
Como si hubieras sido un brazalete
ceñida te llevé a mi pensamiento
cuando aspiré a mecer entre mis brazos
al hijo de los hombres.
Rosa pura, te obstinas en mi cruz
con clavos de diamante
y en cualquier movimiento
pierdes por cada pétalo una estrella.
Imán de mis deseos,
oh, tú fuente de sed encarnizada,
tierra de los rebaños,
tierra de las cosechas y las sombras.
 
Cambiaste mi sendero,
lo convertiste en olas sobre el mar
que se lleva mi proa solitaria
de un abismo a otro abismo.
Mis riberas se agrandan en la noche,
en las olas crecientes,
con tu consentimiento
se movió la marea del dolor,
y dónde están tus manos
para que hagan volver
las vías de la luz al aire oscuro?
Y dónde están tus dedos
para que en mi corona
delaten las espinas?
Y la cadera acostada en la hierba
que las plantas enlazan
y escuchan en tus senos el suspiro
del amor conquistado en la agonía?
 
Oh, tú, que cuando cruzas las praderas
haces estremecerse los follajes
y abrazas lo que encuentras
con una red caliente de frescura.
Tú que escuchas, sacándote del pecho
parte de tu vestido
que con el fuego de tu boca besas
y tomas con tus manos suavemente
el desierto del tiempo atravesado
por halcones, arenas y cenizas,
a los que el viento entrega
una apariencia que no tiene rostro?
 
Vas extraviada del mundo y su camino
como flecha sin rumbo
y se hizo tu belleza
sólo para engañarme,
Pero, por qué no fuiste vencedora
de aquel destino que acechó tu ser,
no. supiste crear en su camino
aquel odio que lo derribaría.
Levanta de la tierra tus orejas!
En esta hora nocturna te reclamo
para que escuches tú, la inolvidada,
mi maldición ardiente!


Tudor Arghezi (Rumania, 1880-1967).

(Traducido al español por Pablo Neruda).

martes, 18 de junio de 2019

Tu boca: POR LA NOCHE..., de Mihai Eminescu

"... te sientas en mis rodillas, querida, tus brazos rodean mi cuello..."

Por la noche, perezoso y cárdeno, arde el fuego en la chimenea;
desde un rincón en un sofá rojo yo lo miro de frente,
hasta que mi mente se duerme, hasta que mis pestañas se bajan;

la vela está apagada en la casa... el sueño es cálido, lento, suave.

Entonces tú te acercas por la oscuridad, sonriente,
blanca como la nieve invernal, dulce como un día de verano:
te sientas en mis rodillas, querida, tus brazos rodean
mi cuello... y tú con amor miras mi rostro que palidece.

Con tus brazos blancos, delicados, redondos, perfumados,
tú encadenas mi cuello, sobre mi pecho apoyas tu cabeza;
y como salida de un sueño, con manos blancas, dulces,
tú vas apartando los mechones de mi triste frente.

Alisas, despacio y perezosamente, mi frente tranquila
y, pensando que estoy dormido, astuta, posas tu boca de fuego,
como el sueño, sobre mis ojos cerrados y en medio de mi frente
y sonríes, como se ríen los sueños en un corazón amado.

Oh! Acaríciame, hasta que mi frente vuelva a ser lisa y suave,
Oh! Acaríciame, hasta que vuelvas a ser joven como la luz del sol,
hasta que seas clara como el rocío, dulce como una flor,
hasta que mi rostro no esté arrugado, mi corazón ya no sea viejo.


Mihai Eminescu (Rumania, 1850-1889).

(Traducido al español por Dana Giurca  y José Manuel Lucía Megías).

sábado, 18 de mayo de 2019

Tu boca: EL MANICOMIO (La casa de Nebuni), de Bogdan Petriceicu Haşdeu

"El cochero, los caballos y yo estamos en silencio."

(Estrofas iniciales)

En silencio, con una señal detengo el carruaje:
Cállate. Hago otra señal.
Al salir del faro podrás abrir tu boca.
El cochero, los caballos y yo estamos en silencio.

Para los estrechos de mente
nada tienes todavía,
cuando ellos, sin palabras,
entienden más bien un latigazo.

Quiero hablar, sí, pero con los locos,
en el falansterio hay algunos 
grandes poetas y grandes tribunos.
Así que: ¡Vamos al manicomio!


Bogdan Petriceicu Haşdeu  (Rumania, 1838-1907).

martes, 26 de marzo de 2019

Tu boca y Primavera: PEREGRINACIÓN, de Iuliu Cezar Săvescu

"... y una música como no había oído desde hacía mucho se derramó sobre el desierto, (...) y tan sólo los reptiles se arrojaron al fondo de las aguas."

(Fragmento)
 
Oh, mi alma se extravió en un terrible furor de recuerdos. Los deleites desmedidos de un amor imaginado me hacen pedazos sangrientos el alma.
 
Si me hubiera amado, si me hubiera lanzado una flor desde el cielo sereno de la doncellez;  tan sólo un gesto que me hubiera hecho con la punta de los dedos, si hubiera dejado volar una sola sonrisa de su rostro divino, rayos de luz habrían regado mi camino, habría vagado por jardines en flor, entre los suspiros de las hojas, el canto de las aves, y mi vida habría sido un paraíso.
 
Pero una sola criatura me desvió en el camino de la vida.
 
Y lloré mucho, y las lágrimas me acariciaban el alma, pero no era capaz de olvidar a la criatura amada.
 
Entonces, de la profundidad arqueada de la eternidad azul, suave y blandamente, y desconocido en aquellos lugares, se alzó un viento, un viento extraviado de los campos de la felicidad, de la boca perfumada de la primavera.
 
Sus alas batieron encima del desierto y una música como no había oído desde hacía mucho se derramó sobre el desierto, y el desierto se puso en movimiento.
 
Las cañas se doblaban con susurros enternecedores, las marismas se mecían blandamente, y tan sólo los reptiles se arrojaron al fondo de las aguas.
 
De arriba, de la claridad, hendiendo la nube purpúrea, ella bajó hasta mí con la rapidez del rayo. Era tan hermosa y refulgía de tal manera que mi frente chocó con la arena ardiente. No habría podido mirarla directamente al rostro ni un momento, sus miradas cortaban como espadas, y sentí el hierro frío y ardiente que me partía el alma.
 
¡Oh, sombra refrescante de mi vida! Tú, única luz que ha atravesado mi alma hasta lo más profundo, ámame. No pido nada más, y nunca he pedido nada más que una sonrisa, sonríeme.
 
Sonríeme, y dime una palabra, que sepa que la criatura que he querido me ha hablado.
 
O dime, que oiga de tu boca, que eres la causa de mi sufrimiento, para sufrir con alegría.
 
Que el dolor sea mi última esperanza, para pedirlo como un bien supremo. Mírame.
 
Lánzame un solo rayo de luz y pon en él el secreto de tu amor para ser la criatura más feliz. O, al menos, pisa, aplasta en medio del desierto llameante mi frente que se arrastra, y mi último suspiro será bendito.
 
Pero mis palabras se perdieron en la inmensidad encendida y, como si los cielos hubieran sido de metal, las palabras se repetían, quebrándose, a través del firma- mento.
 
Cuando levanté la frente, arada por los cantos de la arena, ella permanecía delante de mí, muda y fría, inmóvil, como siempre me ha mirado.
 
 
Iuliu Cezar Săvescu (Rumania, 1866-1903).
 
(Traducido del rumano por Mariano Martín Rodríguez).

domingo, 26 de agosto de 2018

Agosto: EL CAMINO, de Mihaï Beniuc

"Igual que en el mes de agosto, lloraré montones de estrellas (...) como en el corazón de una montaña."
 
(Fragmento)
 
Vestiré de negro
desde arriba hasta abajo
a mi soledad.
Igual que en el mes de agosto,
lloraré montones de estrellas.
Altivo dolor mío,
entrega tu voz, ya ahora, a las fuentes del canto,
encerradas en lo hondo de mi alma
como en el corazón de una montaña.
Que el cuerno de la noche resuene de nuevo
a través de mis versos.
Se deshojan así, se deshojan,
los últimos sueños míos
en la magnificencia del otoño.
 
 
Mihaï Beniuc (Rumania, 1907-1988).

lunes, 13 de agosto de 2018

Solsticio: EL SOLSTICIO DE LOS JARDINES, de Lucian Blaga

"... para que pueda caer un día inesperado, en la palma de la mano –un regalo."

Espejismo de un dulce fruto
que reviste el sabor amargo,
para que pueda caer un día
inesperado, en la palma de la mano –un regalo.
 
Crecerá según el viento.
A los árboles les lleva un año
tomar los elementos de la noche
para que la magia se pueda restaurar.
 
Esta es la hora en que jóvenes serpientes
se descamisan y desnudan entre espinas.
Tesoros en las raíces encienden
llamas que se oxidan.
 
Mirando la danza de las flamas
recibir al cálido solsticio
que se derrama sobre nosotros
desde el otro reino.
 
Nos perdemos para apoderarnos de nosotros mismos
caminando en el fuego, caminando entre espinas,
como oro nos redondeamos
y como tentaciones por los jardines.
  
(Solstiţiul grădinilor

Mirajul unui dulce fruct
îmbracă-un sîmbure amar,
ca să ne cadă într-o zi
neaşteptat în palme - dar.

Sorocul creşterii e-n vînt.
Copacii iau puteri pe-un an
din noaptea elementului
ce se-nnoieşte năzdrăvan.

E ceasul cînd tinerii şerpi
cămaşa şi-o dezbracă-n spini.
Comori la rădăcini se-aprind,
se spală-n flăcări de rugini.

Privind la hora flacării
întîmpinăm solstiţiul cald,
ce se revarsă peste noi
de pe tărîmul celălalt.

Ne pierdem ca să ne-mplinim.
Mergînd în foc, mergînd în spini,
ca aurul ne rotunjim
şi ca ispita prin grădini
.)

 
Lucian Blaga (Rumania, 1895-1961).
 
(Traducido del rumano por Jules Etienne).

domingo, 12 de agosto de 2018

Solsticio: CANTO DE SOLSTICIO, de Paul Celan

"¡Cuán negro lo dejas estar en el valle! ¡Y arriba brilla y chispea!"

Tú no puedes, al que das al mediodía las heridas de los ensueños,
negar en el sueño el favor de su amante ciega:
él rueda con las horas valle abajo, para que el tiempo
sea libre para aquellos que pasean a la luz de la luna
sobre el tejado de tu mundo, que brilla de azul futuro;
a él que te mide y te pesa y al final te tiende en la tumba;
él que alzó de tu seno tu niño con el pelo de fuego del entenebrecimiento
cómo puedes negarle el favor del ojo, que cegado lo mira:
aquí únicamente se le refleja la estrella entusiasta de tus frentes;
la lanzada en tu corazón sólo aquí la reconoce.

¡Cuán negro lo dejas estar en el valle! ¡Y arriba brilla y chispea!
Tú haces como si hubiera un segundo que fuera a soportar
la carga de roca de tu tiempo, para que tú a otros más fácil entregues el toque
de horas sin hora, el viento radiante del milenio.

¡Oh pétreos mástiles de la melancolía! ¡Oh yo entre vosotros y vivo!
Oh yo entre vosotros y vivo y bello y ella no debe sonreírme...


Paul Celan (Poeta en lengua alemana originario de Rumania y fallecido en Francia; 1920-1970).

(Traducido del alemán por José Luis Reina Palazón).

domingo, 17 de diciembre de 2017

ECLIPSE, de Cristian Petru Balan

"... la sombra de la Tierra pasa alrededor del astro nocturno -eclipse de Luna..."

Los eclipses son visitas cósmicas (y recíprocas),
visitas raras, de cortesía, casi protocolarias:
la sombra de la Luna visita la Tierra -eclipse de Sol,
o alguna otra visita, no tan rara, pero oportuna:
la sombra de la Tierra pasa alrededor del astro nocturno -
eclipse de Luna...

(Eclipsele sunt vizite cosmice (și-s reciproce),
vizite rare, de curtoazie, aproape protocolare:
umbra Lunii în vizită pe Pământ - eclipsa de Soare,
sau o altă vizită, nu atât de rară, dar oportună:
umbra Terrei în trecere pe rotundul astrului nopții -
eclipsa de Lună
...)



Cristian Petru Balan (Rumania, 1936).
 
(Traducido del rumano por Jules Etienne).

lunes, 19 de junio de 2017

CARNAVAL, de Adrian Păunescu

"... cuando alguien tuvo la genial idea de que se parecieran todas nuestras mujeres reales."

La mayor sorpresa
el choque más grande,
entre tanta locura,
el punto culminante
de nuestro baile de máscaras
en el que
nadie
ha conocido nunca a nadie
fue cuando alguien
tuvo
la genial idea
de que se parecieran
todas nuestras mujeres reales.
 
Tenemos que estar enmascarados
otra vez
sólo así podremos
reconocernos
para darnos
los buenos días.
 
 
Adrian Păunescu (Rumania, 1943-2010)

viernes, 21 de abril de 2017

CARNAVAL, de Marin Sorescu

"Quiero aparecer con un simple disfraz, de árbol verde."

Vamos a intercambiar pensamientos,
Árbol,  ya que ni siquiera conozco tu nombre
Y con tu pensamiento
Dame todas tus hojas
Para que las dejes en mis manos
Y en mis ojos, y en mi frente
 
Al final
Habrá un hermoso carnaval
De despedida
Y todos se pondrán sus máscaras
Para celebrarlo.
Quiero aparecer con un simple disfraz,
De árbol verde.
 
(Hai să facem schimb de gânduri,
Copacule, că nici nu ştiu cum te cheamă.
Şi o dată cu gândurile
Să-mi dai şi toate frunzele tale,
Să mi le pun pe mâini,
Pe ochi şi pe frunte.

La sfârşit
Va fi un carnaval frumos
De despărţire
Şi toţi vor purta măştile lor
De sărbătoare.
Iar eu vreau să apar mascat simplu,
Într-un copac verde
.)

 

 Marin Sorescu (Rumania, 1936-1996)
 
 (Traducido al español por Jules Etienne)

viernes, 5 de febrero de 2016

Unicornios y febrero: SHIBBOLETH, de Paul Celan

"Unicornio: sabes de las piedras, sabes de las aguas..."

Junto a mis piedras
crecidas bajo el llanto
tras las rejas,
 
me arrastraron
al medio del mercado,
allá,
donde se iza la bandera, a la que
no he prestado nunca juramento.
 
Flauta,
flauta doble en la noche:
piensa el sombrío
y doble rojo
en Viena y en Madrid.
 
Pon tu bandera a media asta,
recuerdo.
A media asta
hoy para siempre.
 
Corazón:
dalo también aquí a conocer,
aquí, en medio del mercado.
Haz que resuene, el shibbólet,
en lo extranjero de la patria.
Febrero. No pasarán.
 
Unicornio:
sabes de las piedras,
sabes de las aguas,
ven,
te llevo
hacia las voces
de Extremadura.
 

Paul Celan: Paul Antschel
(Poeta en lengua alemana nacido en Rumania y muerto en Francia, 1920-1970)

(Traducido al español por José Ángel Valente)

domingo, 3 de enero de 2016

Unicornios: EL UNICORNIO Y EL OCÉANO, de Lucian Blaga


Receloso, el unicornio se acerca a las orillas,
mira hacia la alta mar, en el horizonte, las olas.

Retrocedería al alcanzarle las aguas,
pero el misterio con espuelas de plata lo atraviesa.
 
Sobre la orilla, el unicornio, un instante como un año,
se enfrenta en el cuento con el océano.
 
¿Es agua u otro ser con olas
en las que se sumerge hasta los tobillos?
 
Se alza por el miedo de entre las ruinas
cuando el misterio se quiebra en los bordes.
 
 
Lucian Blaga (Rumania, 1895-1961)

jueves, 24 de diciembre de 2015

Unicornios: FRAGMENTO DE FRESCO ANTIGUO, de Vasile Voiculescu

"En su aburrimiento hizo una criatura esmaltada de flores..."

El paraíso estaba muerto: reloj sin cuerda.
Leones lánguidos dormían junto a los corderos,
tigres y gacelas cabeceaban entre las flores,
el unicornio parecía hecho de tamos hilados,
los caballos de goma, los toros de pereza,
los perros habían dejado de ladrar
y bajo la espesa sombra dormía como una piedra
un mono feo -¿Adán?
Harto de este mundo inmóvil,
el Padre mismo languideció soñando otro ser.
En su aburrimiento hizo una criatura esmaltada
de flores, de fresas, de manzanas,
estrambótica,
ardiente,
turbadora,
con garras de pétalos en las manos y en los pies,
con tierno y fresco olor a pecado.
Los leones han dejado de bostezar,
las fieras la han circundado todas de una vez,
los centauros se han acercado al galope para mirarla
y una bandada de ángeles ha bajado a toda prisa
para alabarla en sus canciones de plata.
Blanda, desnuda, sin vergüenza,
Eva sonreía a todos dulcemente,
y el corazón del paraíso comenzaba por fin a latir.


Vasile Voiculescu (Rumania, 1884-1963)