"En su aburrimiento hizo una criatura esmaltada de flores..."
El paraíso estaba muerto: reloj sin cuerda.
El paraíso estaba muerto: reloj sin cuerda.
Leones lánguidos dormían junto a los corderos,
tigres y gacelas cabeceaban entre las flores,
el unicornio parecía hecho de tamos hilados,
los caballos de goma, los toros de pereza,
los perros habían dejado de ladrar
y bajo la espesa sombra dormía como una piedra
un mono feo -¿Adán?
Harto de este mundo inmóvil,
el Padre mismo languideció soñando otro ser.
En su aburrimiento hizo una criatura esmaltada
de flores, de fresas, de manzanas,
estrambótica,
ardiente,
turbadora,
con garras de pétalos en las manos y en los pies,
con tierno y fresco olor a pecado.
Los leones han dejado de bostezar,
las fieras la han circundado todas de una vez,
los centauros se han acercado al galope para mirarla
y una bandada de ángeles ha bajado a toda prisa
para alabarla en sus canciones de plata.
Blanda, desnuda, sin vergüenza,
Eva sonreía a todos dulcemente,
y el corazón del paraíso comenzaba por fin a latir.
Vasile Voiculescu (Rumania, 1884-1963)
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