"¡Y las campanillas de las bridas tinrinearon!, igual que la campana en la puerta de la tienda Dranma's."
(Fragmento)
Ante ese terrible pensamiento, Will comenzó a
balancearse violentamente de un lado a otro y a cantar. Era una tonadilla ahogada y sollozante. Su voz sonaba débil y lejana incluso para sus propios
oídos, porque su resfriado era muy fuerte. Pero la idea de que Santa podría estar
escuchando y que como todo buen niño le escribiría, le dio valor para soportarlo durante varios minutos. Luego, debido a que a veces tenía una forma de cantar
sus pensamientos en voz alta, en lugar de mantenerlos para sí mismo, prosiguió, medio
cantando, medio contando la historia de los camellos y la estrella, y estaba esperando a que volviera la Abuela Neal para que la terminara. Él ya la conocía tan
bien como ella, porque se la había repetido tantas veces en la
última semana.
"Y los sabios cabalgaron durante la noche, y cabalgaron
y cabalgaron, ¡y las campa- nillas de las bridas tintinearon!, igual
que la campana en la puerta de la tienda Dranma's. Y la gran estrella brilló sobre ellos y siguió al frente para mostrarles el camino. Y un enorme reno corrió a lo largo del camino del cielo -ahora estaba mezclando la historia de
la abuela Neal con lo que había escuchado por la rendija de la puerta, y encontró la mezcla
mucho más emocionante que la historia original-. "Y corrieron
y corrieron ¡y los cascabeles tintinearon! como la campana en la puerta de la tienda Dranma's. Y después de mucho tiempo todos
llegaron a la casa donde estaba el rey bebé. Entonces los sabios saltaron de sus
camellos y se arrodillaron y abrieron todas sus cajas de cosas bonitas para que
Él jugara. Y el reno se arrodilló en el techo donde la gran
estrella brillante se quedó quieta, para que Santa pudiera vaciar toda su
mochila en la boca de la chimenea del rey bebé".
Annie Fellows Johnston (Estados Unidos, 1863-1931).
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