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lunes, 28 de febrero de 2022

Día de reyes: LOS REYES MAGOS, de Edmond Rostand

"... trazaron círculos en el suelo. Hicieron cálculos, se rascaron la barbilla, pero la estrella había huido..."

(Versión rimada)

Perdieron la estrella una noche; ¿Por qué perdemos
la estrella? Porque demasiado a veces la vemos.
Los dos reyes blancos, siendo eruditos de Caldea,
trazaron círculos en el suelo, con toda su sabiduría.

Hicieron cálculos, y la barbilla se rascaron,
pero la estrella había huido, como huye una idea.
Y aquellos hombres cuyas almas estaban sedientas de guía
mientras armaban sus tiendas de algodón, lloraron

Pero el pobre rey negro, por los otros dos despreciado,
"Pensemos en una sed que no es la nuestra -se dijo, preocupado-
la de los animales, todavía debemos darles de beber a ellos".

Y, mientras su balde de agua por el asa tomaba,
En el humilde círculo de cielo donde bebían los camellos
vio la estrella dorada, que en silencio danzaba.

(Traducción libre del soneto original)

Perdieron la estrella una noche; ¿Por qué perdemos
la estrella? Por haberla mirado a veces demasiado,
los dos reyes blancos, siendo eruditos de Caldea,
con una vara trazaron círculos en el suelo.
Hicieron cálculos, se rascaron la barbilla,
pero la estrella había huido, como huye una idea.
Y aquellos hombres cuyas almas estaban sedientas de guía
lloraron, mientras armaban sus tiendas de algodón.
Pero el pobre rey negro, por los otros dos despreciado,
se dijo: "Pensemos en esa sed que no es la nuestra,
todavía debemos dar de beber a los animales".
Y, mientras sostenía su balde de agua por el asa,
En el humilde círculo de cielo donde bebían los camellos
vio la estrella dorada, que danzaba en silencio.


(Ils perdirent l'étoile, un soir ; pourquoi perd-on
L'étoile? Pour l'avoir parfois trop regardée,
Les deux rois blancs, étant des savants de Chaldée,
Tracèrent sur le sol des cercles au bâton.

Ils firent des calculs, grattèrent leur menton,
Mais l'étoile avait fui, comme fuit une idée.
Et ces hommes dont l'âme eût soif d'être guidée
Pleurèrent, en dressant des tentes de coton.

Mais le pauvre Roi noir, méprisé des deux autres,
Se dit "Pensons aux soifs qui ne sont pas les nôtres,
Il faut donner quand même à boire aux animaux."

Et, tandis qu'il tenait son seau d'eau par son anse,
Dans l'humble rond de ciel où buvaient les chameaux
Il vit l'étoile d'or, qui dansait en silence).

Edmond Rostand (Francia, 1868-1918).

(Traducido del francés por Jules Etienne).

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