Durante los hielos, en un lugar más hecho al
calor
que al frío, y a la llanura que a la montaña
un niño nació en una cueva para salvar al mundo,
nevaba como sólo puede nevar en el desierto.
Todo le parece grande: el pecho de su madre,
el hálito dorado de los ollares del buey,
los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar ), sus
presentes.
Él era sólo un punto. Y un punto era la
estrella.
Atenta, sin parpadear, entre las escasas nubes,
al niño acostado en el pesebre, desde lejos,
desde lo profundo del Universo, desde el otro
extremo,
la estrella en la cueva lo miraba. Y aquella fue la
mirada del Padre.
Joseph Brodsky
(Ruso nacionalizado estadounidense, 1940-1996). Obtuvo el premio Nobel en 1987.
(Traducido al español por Svetlana Maliavina).
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