Regresa la primavera a Vancouver.

viernes, 4 de febrero de 2022

Día de reyes: OPINIONES DE UN PAYASO, de Heinrich Böll

"... con una expresión en el rostro como sóo vi en los cuadros de los Reyes Magos que ofrecen al niño Jesús incienso, oro y mirra."

(Fragmento del capítulo 12)

Vi al chiquillo venir de la izquierda por la calle, dirigiéndose a la plaza de la estación; estaba empapado y sostenía ante sí su cartera abierta, bajo una lluvia torrencial. Llevaba la tapa de la cartera vuelta atrás, con una expresión en el rostro como sólo vi en cuadros de los Reyes Magos que ofrecen al niño Jesús incienso, oro y mirra. Casi podía distinguir las cubiertas de los libros, mojadas y deshechas. La expresión del rostro de aquel chico me recordó a Henriette. Entregado, perdido y sagrado. Marie me preguntó desde la cama: "¿En qué piensas?" Y yo dije: "En nada." Vi aún como el chiquillo atravesaba la plaza, lentamente, para desaparecer después en la estación, y tuve miedo por él; por aquel dramático cuarto de hora debería expiar cinco minutos amargos: una madre quejumbrosa, un padre afligido, y sin dinero en casa para otros libros y cuadernos. "¿En qué piensas?", volvió a preguntarme Marie. Estaba a punto de decirle otra vez "en nada", cuando pensé otra vez en el chico, y le conté lo que pensaba: Cómo el chico llegaba a su casa, en alguna aldea de las cercanías, y cómo era probable que mintiese, porque nadie podría creer lo que había hecho en realidad. Diría que había resbalado, que la cartera le había caído en un charco, o que la dejó abandonada un par de minutos, justamente bajo el desagüe de un canalón, y de repente había caído un chorro de agua dentro de la cartera. Todo eso se lo conté a Marie con voz apagada, monótona, y ella me dijo desde la cama: "¿Qué es esto? ¿Por qué me cuentas esas tonterías?" "Porque en esto pensaba cuando me preguntaste." No creyó aquella historia del chiquillo, y me enfadé. Nunca nos habíamos mentido, ni acusado de ninguna mentira. Me enojé tanto que la obligué a levantarse, a ponerse los zapatos y a bajar conmigo a la estación. Con las prisas me olvidé del paraguas, nos mojamos y no encontramos al chiquillo en la estación.

Heinrich Böll (Alemania, 1917-1985).
Obtuvo el premio Nobel en 1972.

La ilustración corresponde a la Adoración de los Reyes Magos, de Bartolomé Esteban Murillo (1655-1660).

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