Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

jueves, 11 de marzo de 2021

Miércoles de ceniza: LA CONFESIÓN DE TEÓDULO SABOT, de Guy de Maupassant

"Mataba un cerdo todos los años el miércoles de ceniza para comer carne todos los viernes de Cuaresma..."

 (Párrafos iniciales)

Al entrar Sabot en la taberna del pueblo se alegraba el cotarro. Le reían las gracias antes que abriese la boca. Sus burlas eran de lo más chusco. Y ¡que odio a la clericalla! ¿Transigir con el clero? No, no y no. ¡Comerse crudos a los curipastros! ¡La carne de sacristía es tierna y jugosa!

Teodulio Sabot, carpintero en Martinville, representaba en el pueblo las ideas radica- les más avanzadas. Era un hombre alto, de pocas anchuras, con los ojos grises y malicioso, las labios delgados y el pelo muy lacio, caído sobre la frente. Al oírle decir con tono picaresco: "Nuestro santísimo padre... curda", nadie podía contener la carcajada. Nunca dejaba de trabajar en domingo durante la hora de la misa. Mataba un cerdo todos los años el miércoles de ceniza para comer carne todos los viernes de Cuaresma y toda la Semana Santa, y cuando se cruzaba en la calle con el cura, decía siempre, acentuando la mofa: "Vedle: tan satisfecho porque acaba de tragarse a Dios".

Guy de Maupassant (Francia, 1850-1893).

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