"La nieve había dejado de caer..."
(Fragmento del capítulo 32: En torno de las iglesias)
Domingo, 1 de mayo
Cuando despertó a la amañana siguiente no pudo Nils contener la risa. Durante la noche había caído gran cantidad de nieve y aún continuaba nevando; el viento arrastraba tales copos de nieve que dijérase eran las alas de las palomas muertas de frío, lo que caía. Sobre el lago Siljan la nieve formaba una capa de varios centímetros de espesor; las riberas también estaban nevadas, y los patos silvestres tenían tanta sobre sus espaldas que presentaban el aspecto de montoncitos de nieve.
De tiempo en tiempo, Okka, Yksi y Kaksi despertaban un poco; pero viendo que la nieve no cesaba de caer, hundían de nuevo su cabeza bajo el ala. Estaban convencidas de que ante un tiempo semejante no había cosa mejor que dormir, y Nils no opinaba de otro modo.
Algunas horas más tarde se despertó de nuevo; las campanas de Rattvik llamaban a los fieles a los oficios divinos. La nieve había dejado de caer; pero el viento del norte soplaba muy fuerte, y en el lago hacía un frío terrible. Nils experimentó mucha alegría al ver que los patos se sacudían la nieve y volaban hacia tierra en busca de alimento.
Selma Lagerlöf (Suecia, 1858-1940). Obtuvo el premio Nobel en 1909.
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