"Sólo la farola de piedra de detrás del jardín tenía una buena capa blanca encima."
Octubre, 1948
(Fragmento)
Una vez más, no terminó la frase. Corrí una mampara
dejándola un poco abierta. Un soplo de viento frío penetró en la habitación,
pero, no sé por qué, no lo sentí. Miré por la abertura hacia el jardín, que se
extendía al otro lado de la terraza. Los copos de nieve caían arrastrados por
el viento.
- Shintaro -dije-, ¿por qué no afronta el pasado sin
más? En aquella época logró mucha fama con sus carteles. Fama y elogios. Que la
gente tenga ahora una opinión distinta de su obra no es razón para que reniegue
usted de sí mismo.
- Tiene usted razón, Sensei -dijo Shintaro-. Entiendo
lo que dice, pero, volviendo a lo que ahora nos ocupa, le agradecería
enormemente que le escribiera al comité una carta sobre los carteles de la
crisis de China. Aquí tengo el nombre y la dirección del presidente del comité.
- Por favor, Shintaro, escúcheme.
- Con todos mis respetos, Sensei, le diré que siempre
le he agradecido sus consejos y su sabiduría, pero en este momento soy un
hombre a mitad de su carrera. Cuando uno ya se ha retirado, está muy bien
reflexionar y pensar las cosas, pero sucede que el mundo en que vivo es un
mundo complejo y hay un par de cosas que debo tener en cuenta si quiero
conseguir este puesto que, salvado ese escollo, ya es mío. Se lo ruego, Sensei,
considere mi situación.
No le respondí. Seguí mirando cómo caía la nieve.
Shintaro, a mis espaldas, se levantó.
- Sensei, aquí tiene usted el nombre y la dirección.
Si me permite, se lo dejo aquí encima. Le agradecería que cuando tenga tiempo
considere mis palabras con toda atención.
Durante unos instantes esperó a ver si me volvía y le
permitía despedirse dignamente, pero yo seguí contemplando el jardín. A pesar
de que la nieve seguía cayendo, apenas había cuajado en una fina capa sobre los
arbustos y las ramas. Y, mientras miraba, la brisa movió una rama del arce e
hizo caer casi toda la nieve. Sólo la farola de piedra de detrás del jardín
tenía una buena capa blanca encima.
Oí cómo Shintaro se despedía y salía de la habitación.
Kazuo Ishiguro (Japonés nacionalizado inglés, 1954).
Obtuvo el premio Nobel en 2017.
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