Fui apresado
por todo el hostil bosque invernal
de la poderosa blancura:
el clan de jinetes
de los abetos cargados de nieve.
Llegaron a millares con sus puntiagudos capuchones de nieve,
se fueron acercando, cada vez más densos y blancos,
me agarraron en un claro del bosque,
me embrearon con una brocha por el camino
y me hicieron rodar por la colina
sobre la infinidad de plumas del invierno nevoso.
Y las risas retumbaban estruendosas cuando yo andaba a tientas,
y me alejaba cojeando embadurnado en la humillación
a lo largo del sendero abierto por numerosos pasos.
Y el eco de voces blancas
y el eco de blancas montañas resonaba
cuando todos me gritaban en la oreja embreada:
¡Mira, mira! ¡Ahora da gusto vivir!
¡Mira, ahora es invierno en el mundo!
Harry Martinson (Suecia, 1904-1978).
Obtuvo el premio Nobel compartido con Eyvind Johnson en 1974.
(Traducido del sueco por Francisco J. Uriz).
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