"Sacó el cargador, lo examinó y volvió a colocarlo. Quitó el seguro. Después se sentó en la cama desocupada, miró a la chica y apuntó..."
(Fragmento final)
El joven se puso el albornoz, cruzó bien las solapas y metió la toalla en el bolsillo. Recogió el flotador mojado y resbaladizo y se lo acomodó bajo el brazo. Caminó solo, trabajosamente, por la arena blanda y caliente,hasta el hotel.
En el primer nivel de la planta baja -que los bañistas debían usar según instrucciones de la gerencia- entró tambiénl en el ascensor una mujer con la nariz cubierta de pomada.
- Veo que me está mirando los pies -dijo él, cuando el ascensor se puso en marcha
- ¿Cómo dice?-preguntó la mujer.
- Dije que veo que me está mirando los pies.
- Perdone, pero casualmente estaba mirando el suelo -dijo la muier, y se volvió hacia las puertas del ascensor.
- Si quiere mirarme los pies, dígalo -reclamó el joven-. Pero, maldita sea, no trate de fingir con tanto disimulo.
- Déjeme salir, por favor -pidió la mujer a la ascensorista.
Cuando se abrieron las puertas, la mujer salió apresurada sin siquiera mirar hacia atrás.
- Tengo los pies completamente normales y no veo por qué demonios tienen que mirármelos -dijo el joven-. Quinto piso, por favor.
Sacó la llave de la habitación del bolsillo de su albornoz.
Bajó en el quinto piso, caminó por el pasillo y abrió la puerta del 507. La habitación olía a maletas nuevas de piel de ternera y a quitaesmalte de uñas.
Echó una ojeada a la chica que permanecía dormida en la otra cama gemela. Después se dirigió a una de las maletas, la abrió y extrajo de entre un montón de calzoncillos y camisetas, una pistola Ortgies calibre 7,65. Sacó el cargador, lo examinó y volvió a colocarlo. Quitó el seguro. Después se sentó en la cama desocupada, miró de nuevo a la chica y apuntó, para dispararse un tiro en la sien derecha.
Jerome David Salinger
(Estados Unidos, 1919-2010).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario