Regresa la primavera a Vancouver.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Una Serenata para Lupe (página 199)


- Acepto. Te amo -enfatizó Weissmuller respondiendo a la tradicional pregunta de aceptar a Lupe como su esposa, concediéndole al verbo amar una fuerza de la que carece en inglés. Tenía razón Marlene Dietrich cuando aseveraba que no es un idioma adecuado para las declaraciones amorosas. Sobre todo por la impunidad con que los angloparlantes emplean la palabra love como sinónimo de gusto, deseo o simpatía. Por eso pueden asegurar que aman comidas, bebidas y prendas de vestir o formas de ser, además de a las personas, con lo que han desgastado el verbo al grado de que no causa ningún impacto en quien lo escucha. En cambio, las lenguas romances, las que provienen del latín, ya llevan implícita en esa denominación su propio instinto: la suavidad del portugués, la musicalidad del italiano, la pasión del español o la capacidad seductora del francés, los erige en los idiomas del amor, los mejores para expresar a plenitud los sentimientos humanos.

La ilustración es una fotografía de Lupe Vélez con Johnny Weissmuller.

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