"Esto es todo lo que hay en mi cara, porque sobre mi nariz debería dibujar un velo..."
(Fragmento del segundo libro, capítulo I)
- No, querida, ¡no digas eso! ¿Cómo podemos decirlo? Si de alguna manera sientes que es posible, y compatible con la razón, de que hay una vida después de la muerte, no te inhibas para contarme tus impresiones. Las mujeres tienen con frecuencia extraños poderes de intuición, y no es un pensamiento del todo desagradable, a pesar de oponerse a los atractivos del Nirvana, cuando uno se encuentra ya pasado de años. Pero mejor vamos a tu descripción. Dime acerca de tu boca. Y parecía como si estuviera recuperando la fuerza de una visión más aguda de la que ahora podía presumir, como la había tenido en el pasado.
- Mi boca es pequeña -dijo Sofía, con franqueza-. Es algo que no puedo negar. Mi labio superior se alza un poco más de lo debido, me temo; pero estoy agradecida al decir que mis dientes son parejos y muy blancos. Esto es todo lo que hay en mi cara, porque sobre mi nariz debería dibujar un velo, ya que no pertenece a ningún estilo reconocible.
Sofía acostumbraba a reprochar su nariz alegando que no se podía clasificar en ninguna de las formas conocidas de nariz; y, en efecto, resultaba más bien difícil de describir, porque parecía, por una parte, ser romana en su perfil, griega cuando se le miraba a la cara de frente, y desde ciertos ángulos, se advertía la punta inclinada como el pétalo de una flor.
Violet Fane: Lady Mary Montgomerie Currie (Inglaterra, 1843-1905).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario