"¡Cuánto amor hay en la ingenuidad de su sonrisa... !"
(Fragmento del capítulo XXIX)
La
pobre Eva no cesa de trabajar; trabaja más que un hombre: tan pronto lleva uno
de los caballos del señor Mack de la casa al molino como hace de caballo ella
misma, cargada de grano y harina. Muchas veces me la encuentro en el camino y quedo atónito ante la
frescura frutal de su cara. ¡Cuánto
amor hay en la ingenuidad de su sonrisa... !El día será para el trabajo del
señor Mack; pero las noches son para mí y para ella... Noches de pasión y de susurros.
- No pareces tener ni la menor sombra de preocupación, Eva adorada -le digo.
-
No digas que me adoras… ¿Qué soy yo sino
una pobre mujer sin cultura, que lo único que sabe y sabrá siempre es serte
fiel? Aun cuando me amenazaran con matarme lo sería; ya ves, el señor Mack es
cada día más duro con nosotros, y nada me importa.. . Cuando me ve se pone furioso, y el otro día
llegó hasta zarandearme de un brazo, lívido de rabia... Sin embargo, no te lo quiero negar, tengo
una pena...
-
¿Una pena tú?
-
Sí, el señor Mack te amenaza.. . Anoche
me dijo: ¿De modo que es el teniente quien te ha sorbido el seso?"
"Sí, es mío y soy suya", le respondí. "Pues ya verás qué pronto le hago dejar
el campo..." Y esto me dio miedo.
-
No te importe lo que ese viejo diga... Son tonterías, Eva… Tonterías nada más… Ea, déjame ver si tus piececitos
siguen tan lindos; déjame ver ahora tu cara..., tu boca... Así... Cierra los
ojos.
Y cae en mis brazos con los ojos cerrados, estremecida, feliz.
Knut Hamsun (Noruega, 1859-1952). Obtuvo el premio Nobel en 1920.
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