"Sus oficiales, con los uniformes más deslumbrantes que se vieron en la ciudad, secundaron su ejemplo..."
(Fragmento)
(Fragmento)
«¿Te acuerdas de ese vals?»
Silbó varios compases para revivir la música en la memoria del mayordomo, pero éste no lo identificó. «Fue el vals más tocado la noche que llegamos a Lima desde Chuquisaca», dijo el general. José Palacios no lo recordaba, pero no olvidaría jamás la noche de gloria del 8 de febrero de 1826. Lima les había ofrecido aquella mañana una recepción imperial, a la que el general correspondió con una frase que repetía sin falta en cada brindis: «En la vasta extensión del Perú ni queda ya ni un solo español». Aquel día estaba sellada la independencia del continente inmenso que él se proponía convertir, según sus propias palabras, en la liga de naciones más vasta, o más extraordinaria, o más fuerte que ha aparecido hasta el día sobre la tierra. Las emociones de la fiesta se le quedaron asociadas al vals que había hecho repetir cuantas veces fueron necesarias, para que ni una sola de las damas de Lima se quedara sin bailarlo con él. Sus oficiales, con los uniformes más deslumbrantes que se vieron en la ciudad, secundaron su ejemplo hasta donde les alcanzaron las fuerzas, pues todos eran valseadores admirables, cuyo recuerdo perduraba en el corazón de sus parejas mucho más que las glorias de guerra.
Gabriel García Márquez (Colombiano fallecido en México, 1927-2014).
Obtuvo el premio Nobel en 1982.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario