"De niños, cuando vivíamos en Montana, decíamos que en el cielo estaban desplumando gansos."
5 de febrero
(Fragmento)
Pero
en febrero mejoró la situación. En nuestros encuentros, cuando entrábamos y
salíamos de la casa, empezamos a saludarnos de nuevo. Pagamos el alquiler, la
calefacción aumentó, volvimos a tener agua caliente. Un día entré con un cheque
en la mano y me encontré a los Gesell desayunando, sentados a una mesa que no
desentonaría en una cabaña de troncos. El dálmata se acercó y se restregó
contra mí embarazosamente… el pobre animal era un complemento y no tenía vida
propia. Gesell tomó el cheque, me dio las gracias y se puso a extender un
recibo. Beth, con el mentón apoyado en el dorso de la mano, miraba por la
ventana, contemplando la nieve. Era una mujer gruesa, de cabello rojizo cortado
en forma cuadrada, como una caja, a la manera masculina. Empecé a pensar que
aún estaba enfadada y no quería hablar conmigo, pero contemplaba la caída de
los copos suaves y densos, y de repente me dijo:
-
De niños, cuando vivíamos en Montana, decíamos que en el cielo estaban
desplumando gansos. No sé si todavía dirán eso.
-
Nunca había oído tal cosa -repliqué, totalmente dispuesto a hacer las
paces.
-
Tal vez ya no lo diga nadie. Ha pasado mucho tiempo.
-
No puede ser tanto -le dije generosamente, y obtuve una sonrisa entristecida.
-
Oh, sí, mucho tiempo.
Gesell
seguía escribiendo, también sonriente, tal vez pensando en la infancia de su
mujer o en dichos similares de la suya. El perro bostezó y cerró las mandíbulas
con un chasquido.
Saul Bellow (Estadounidense nacido en Canadá, 1915-2005).
Obtuvo el premio Nobel en 1976.
La ilustración corresponde a la fotografía de una pluma de ganso sobre el suelo congelado, de Ines Mondon.
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