(Fragmento del capítulo XVIII: El padre Gorenflot)
- Nos hallamos en uno de los primeros viernes de Cuaresma; hagamos algo por nuestra salvación, hermano mío -contestó Gorenflot con voz gangosa y levantando fervorosamente los ojos al cielo.
Chicot quedó asombrado. Sus miradas indicaban que ya más de una vez había visto a Gorenflot celebrar de distinta manera el santo tiempo de Cuaresma.
- ¡Nuestra salvación! -repitió- ¿y qué diantre tienen que ver el agua y las espinacas con nuestra salvación?
- No comas sino pescado en miércoles de ceniza, y en los viernes de Cuaresma la carne está prohibida -dijo Gorenflot.
Alexandre Dumas (Francia, 1802-1870).
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