(Fragmento del segundo capítulo)
La nieve daba un aire de comedia grotesca a los grandes y pomposos panteones familiares; sobre una cara angélica se ladeaba un bisoñé de nieve, un santo tenía un espeso mostacho blanco y sobre el busto de un funcionario civil de alta categoría llamado Wolfgang Gottmann había un chacó de nieve en un ángulo ebrio. Hasta el cementerio estaba dividido según las zonas de las Potencias; la zona rusa se distinguía por sus enormes estatuas de mal gusto de hombres armados; la francesa, por sus filas de anónimas cruces de madera y una desgarrada y cansada bandera tricolor. Luego, Martins recordó que Lime era católico y, por tanto, no era muy probable que le enterrasen en la zona británica que habían estado buscando en vano. Así que volvieron en el coche por el corazón del bosque donde las tumbas yacían como lobos entre los árboles, blancos ojos parpadeantes bajo los sombríos árboles siempre verdes. Una vez emergió de debajo de los árboles un grupo de tres hombres, con extraños uniformes dieciochescos en negro y plata y tocados con tricornios, que empujaban una especie de carreta: cruzaron un claro en el bosque de tumbas y desaparecieron de nuevo.
Graham Greene (Inglés fallecido en Suiza, 1904-1991).
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