Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

lunes, 27 de mayo de 2019

Tu boca: UNA HIJA DE HETH, de William Black

"... un carruaje la estaba esperando. Un sirviente le abrió la puerta. Se subió y tomó asiento..."

(Fragmento del capítulo XVII)

Encogió los hombros y se río de una manera hueca; parecía que ya no necesitaba más brandy.

- Adiós, entonces, por el momento. Esta breve conversación contigo, Harry, ha sido deliciosa, me recordó uno de esos días de los viejos tiempos, pero no te atrevas a ponerme una mano encima otra vez, o, por los cielos, serás hombre muerto al momento. ¡Addio, Addio! Y a ti, bella signorina, con tus ojos negros y tu boca tonta, ¿quando avro il piacere di rivederla? Qué, ¿tampoco hablas italiano? Olvídalo. ¡A rivederla! ¡A rivederla! Espero volver a verlos a los dos.

Caminó hacia la puerta del parque, donde un carruaje la estaba esperando. Un sirviente le abrió la puerta. Se subió y tomó asiento, todavía riendo y enviando besos de despedida con sus manos.

- Coquette -dijo Lord Earlshope-, esa es mi mujer.


William Black (Inglaterra, 1841-1898).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario