(Fragmento)
Una vez que entró en la cripta, tomó la linterna y la encendió. Entre huesos y abundantes restos de difuntos vio a su hermosa Julieta yacer como si estuviera muerta. De repente, echándose a llorar desconsolado, comenzó a decir:
- ¡Oh, ojos que fueron, mientras lo quiso el cielo, claras luces para mis ojos! ¡Tu boca que mil veces tan dulcemente besé y de la que se oían tan suaves palabras! ¡Bello pecho, que mi corazón con tanta dicha albergaste! ¿Cómo es que ahora te encuentro ciega, sorda y fría? ¿Cómo es que yo puedo ver, hablar y vivir sin ti? Pobre esposa mía, ¿adónde te ha llevado el amor para que tan breve espacio albergue a dos desventurados amantes? No es esto lo que me prometió la esperanza ni aquel deseo que inflamaba mi amor por ti. ¡Oh, desdichada vida mía, qué te sostiene aún!
Y así hablando, le besaba los ojos, la boca y el pecho, y a cada momento aumentaba su llanto.
Luigi da Porto (Italia, 1485-1529).
* Es bien sabido que William Shakespeare se basó en algunos relatos italianos del renacimiento para escribir sus tragedias que acontecen precisamente en Italia, como sería el caso de Romeo y Julieta o de Otelo. Por otra parte, también se dice que Luigi da Porta se remitió a su vez, a un texto escrito previamente por Masuccio Salernitano (su verdadero nombre fue Tommaso Guardati), y cuyo título original era Mariotto e Ganozza. Después sería retomada por Matteo Bandello, más tarde traducida al inglés por Arthut Brooke como La trágica historia de Romeo y Julieta, en 1562; al parecer, en ésta se apoyaría finalmente Shakespeare para publicar su obra en 1597.
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