"A estas palabras; el modelo hermoso de las mujeres, Eva, le replica: ¡Oh tú, objeto querido de mi ardiente amor..."
(Fragmento del cuarto libro)
Retirémonos,
pues, y disfrutemos
Del
sueño a que la noche nos convida,
Y
en la fresca mañana volveremos,
A
la rosada aurora adelantados,
A
dar a este jardín nuestras labores.
Hay
varias plantas cuya desmedida
Lozanía
de ramas y de flores
Sofoca
los retoños moderados
De
otras, y así cortar es necesario
De
sus brotes el lujo extraordinario,
Que
no es más que una estéril abundancia
Del
cenador en la agradable estancia
Hay
también porción de hojas marchitadas
Y
de ramas quebradas
Que
quitar: Pero es tarde ya. Durmamos,
Y
la naturaleza repongamos.
A
estas palabras; el modelo hermoso
De
las mujeres, Eva, le replica:
¡Oh
tú, objeto querido de mi ardiente
Amor;
tú, de mi vida cara fuente!
¡Con
qué gusto me entrego a tu juicioso
Dictamen
en un todo! Dios se explica
Por
tu boca: esto basta: me someto.
John Milton (Inglaterra, 1606-1674).
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