"... como la mañana en la que había regresado a la ciudad casi desierta."
(Fragmento del capítulo 2)
(Fragmento del capítulo 2)
Las velas se encendieron delante de la mayoría de las tumbas y, a cada soplo de aire, todas las pequeñas llamas se estiraban de un mismo lado, como si tuvieran vida, parecía que estuvieran a punto de morir, después se enderezaban milagrosamente. Sobre la grava húmeda de los pasillos la gente caminaba con pasos más delicados que lo habitual, hablando en voz baja.
Gilles leyó los nombres tallados en la piedra y a algunos los reconocía porque los había escuchado decir por sus padres: Vitaline Basse, entre otros, una amiga de su madre a quien le hablaba a menudo y que estaba jorobada.
... piadosamente fallecida a la edad de 32 años
Rezar por ella.
Gilles pensó que podría dejar unas flores en la tumba de la amiga de su madre, porque no había ninguna, ni velas tampoco. A menudo le inspiraban pensamientos de ese tipo. Pero entonces reflexionó. Tendría que salir del cementerio y pedir el precio de los crisantemos. El vendedor lo miraría con asombro. Al regresar, le dejaría sus flores. ¿Y si alguien lo viera poniendo un ramo en una tumba casi desconocida?
Se detuvo frente a uno de los monumentos funerarios más imponentes, una enorme bóveda a la que se podía entrar de pie, la piedra seguía siendo blanca y solamente un nombre fue grabado: Octave Mauvoisin.
Era el hermano de su padre, el de los autocares, y fue por la inscripción en la lápida que Gilles supo que su tío había fallecido cuatro meses antes. Poco a poco lo fue abrazando un sentimiento de angustia que no quiso analizar. Dio la vuelta en redondo por el cementerio, como la mañana en la que había regresado a la ciudad casi desierta. Su padre y su madre estaban muertos allí y no había una flor en sus tumbas. Su tío Mauivoisin, de quien siempre había hablado como de un oso poderoso, estaba muerto. Vitaline Basse, la jorobada, estaba muerta.
Georges Simenon (Belga fallecido en Suiza, 1903-1989).
* La traducción literal del título en francés Le Voyageur de la Toussaint, sería El viajero del día de todos los santos, que además posee un gran aliento poético, sin embargo, debido a que en Francia el día de los muertos tiene lugar el primero de noviembre, la Tousaint, y no el dos, como sucede en los países hispanos y en Italia, El viajero del día de los muertos recoge en mejor medida la intención original del autor.
* La traducción literal del título en francés Le Voyageur de la Toussaint, sería El viajero del día de todos los santos, que además posee un gran aliento poético, sin embargo, debido a que en Francia el día de los muertos tiene lugar el primero de noviembre, la Tousaint, y no el dos, como sucede en los países hispanos y en Italia, El viajero del día de los muertos recoge en mejor medida la intención original del autor.
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