"Y cuando todas esas personas se han ido, se ponen a bailar entre ellos por la noche."
(Fragmento final del capítulo 21)
(Fragmento final del capítulo 21)
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En Oporto. Era un día frío, la niebla no levantó ni un instante. Pero pensé que
te gustaría. Las hice el otoño pasado.
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Pero ¿qué están haciendo? -preguntó Erna-. Hay un ambiente muy festivo,
pero ¿por qué hay tantas a la vez?
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Es el día de todas las almas.
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Anda. ¿No es eso algo católico? Ya he oído hablar de ello alguna vez, pero ¿qué
es lo que ocurre exactamente?
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Conmemoran las almas de los difuntos. El 2 de noviembre. Los muertos se pasan
todo el año esperando este día.
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Sí, sí. Y cuando todas esas personas se han ido, se ponen a bailar entre ellos
por la noche.
Daniel
la miró.
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¿Cómo lo sabes? También los fotografié, pero no salió nada.
Cuando
los otros dos se hubieron ido, Arthur se quedó mirando un poco más esas
imágenes. Día de todas de las almas. No sabía muy bien qué tenía que imaginarse
con estas palabras, pero le pareció que se refería más a los vivos que a los
muertos.
Tenían
que ser muertos que estuvieran en algún lugar, aún era imposible deshacerse de
todos, se les tenía aún que llevar flores. Quizá le hubieran visto cuando
estuvo tan cerca de ellos. Pero sería mejor no hacer ningún comentario al
respecto. Los muertos no estaban de moda, aunque eso todavía no lo supieran las
mujeres de Oporto. Si se quedara dormido («Tienes que descansar»), esas nieblas
irían entrando despacio en la habitación. Desde muy lejos oyó el tráfico de la
Plaza de Manuel Becerra, los sonidos de la gran ciudad, cláxones, una sirena,
un altavoz que pregonaba algo, pero él nunca llegaría a saber qué.
Cees Noteboom (Holanda,1933).
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