Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

miércoles, 27 de junio de 2018

Noche de San Juan: SILJA, de Frans Eemil Sillanpää

"... la noche casi no existe, y se diría que la inmensidad contiene su aliento, unos instantes, al pasar del anochecer al alba."
 
(Fragmento de la segunda parte: La hija)
 
Así transcurrió el principio del verano. Durante algún tiempo, la noche casi no existe, y se diría que la inmensidad contiene su aliento, unos instantes, al pasar del anochecer al alba. Los jóvenes felices sólo aspiraban al sueño como una corta pausa y no se preocupaban mucho de las comidas. Para muchas personas, aquel verano fue el último; pero este año tenía un sabor particular. Todos lo sentían oscuramente.
 
Después llegó San Juan. Los hombres trataban de persuadirse de que las noches eran verdaderamente claras; una mujer leía a medianoche, junto a la ventana, una carta que acababa de recibir; y cogía incluso la pluma para redactar la respuesta; la luz era aún suficiente, a pesar de que julio se acercaba. Pero la iluminación nocturna era tan elocuente que no lograba pasar del principio de la carta. «Te escribo en una noche espléndida…». Y olvidaba continuar, pensando en su amigo lejano, imaginando que paseaba a su lado, como la noche en que… y ya el sol se enrojecía al Sudoeste. Se encuentra de vacaciones aquí y había esperado más aventuras que las que le han ocurrido, y, en intención, ha engañado a su amigo. Pero los deseos no se han realizado, y trata ahora de redactar una hermosa epístola. Sin embargo, el remordimiento la araña.
 
El alba se acerca; ha transcurrido un hermoso día de verano y de juventud.
 
 
Franz Eemil Silanpää (Finlandia, 1888-1964).
Obtuvo el premio Nobel en 1939.
 
(Traducido al español por Fabricio Valserra).
La ilustración corresponde al amanecer a las 2 de la madrugada en Parkala, Finlandia, durante el verano.

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