"Y al saltar por encima de la roja hoguera echaban a las llamas las ristras..."
(Fragmento del canto VII: Los ancianos)
(Fragmento del canto VII: Los ancianos)
Y mientras se iba con el día que caía, bajo el mistral mugidor se
levantó de un montón de ramas una larga lengua de fuego parecida a un cuerno. A
su alrededor, los segadores, locos de alegría, con sus cabezas libres y
orgullosas saltaban en el aire vibrante, todos a un tiempo, bailando la
farandola. La gran llama que se gitaba bajo el viento ponía en sus frentes
reflejos deslumbrantes.
Las chispas, en torbellinos, suben furiosas hasta las nubes. El crujido
de los troncos que caen en la hoguera, se mezcla y ríe la musiquilla de la
flauta, viva y juguetona como un verderón entre las ramas… ¡San Juan! ¡La tierra encinta se estremece cuando pasa!
El fuego gozoso chisporroteaba, el tamboril bordoneaba, grave y
continuo, como el murmullo de la mar profunda cuando bate apaciblemente las
rocas. Las hoces, fuera de las vainas y blandidas en el aire, relucían, y los
morenos danzarines, por tres veces, con grandes saltos, hacen en las llamas las
Bravado. Y al saltar por encima de la roja hoguera echaban a las llamas las
ristras y, llenas las manos de hipérica y de verbena, las bendicen en el fuego
purificador.
- ¡San Juan! ¡San Juan! ¡San Juan! –gritaban.
Todas las colinas chispeaban como si hubieran llovido estrellas en la
sombra. Mientras tanto, las locas ráfagas llevaban el incienso de las colinas,
y el rojizo resplandor de los fuegos hacia el santo bendito que se cernía en la
azulada atmósfera crepuscular.
Frédéric Mistral (Poeta francés en lengua occitana, 1830-1914).
Obtuvo el premio Nobel compartido con José Echegaray en 1904.
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