Trepliov: Tuvo un niño. El niño murió.
Trigorin dejó de quererla y volvió a sus antiguos afectos, como era de esperar.
De todos modos, nunca había roto sus viejas relaciones en un lado y en otro. Por
lo que he podido comprender de lo que se me ha dicho, la vida privada de Nina
ha sido un fracaso total.
Dorn: ¿Y en la escena?
Trepliov: Según parece, aún ha sido peor.
Debutó en un punto de veraneo cerca de Moscú, luego se fue a provincias. En
aquel entonces yo no la perdía de vista y durante cierto tiempo la seguí adonde
fuera. Representaba siempre papeles importantes, pero lo hacía sin gracia, sin
gusto, forzando la voz y gesticulando de manera brusca. Había momentos en que
sabía emitir un grito con arte, pero se trataba sólo de momentos.
Dorn: ¿Así pues, talento artístico no
le falta?
Trepliov: Era difícil de comprender.
Probablemente lo tiene. Yo la veía, pero ella no quería verme; en el hotel daba
orden de que no se me dejara pasar a visitarla. Yo comprendía su estado de ánimo
y no insistía en obtener la entrevista. (Pausa.) ¿Qué más podría
decirle? Después, cuando volví a casa, recibí de ella unas cartas. Eran cartas
inteligentes, afectuosas, interesantes; no se quejaba, pero yo me daba cuenta
de que era profundamente desdichada; no había línea que no respondiera a un
nervio tenso, enfermo. También tenía la imaginación un poco perturbada. Se firmaba
Gaviota. En Rusalka, de Pushkin, el molinero dice que es un cuervo. Así ella,
en sus cartas, repetía siempre que es una gaviota. Ahora está aquí.
Antón Chéjov: Anton Pavlovich Chekhov
(Ruso fallecido en Alemania, 1860-1904).
La ilustración corresponde al cuarto y último acto de la puesta en escena de La gaviota
que se presentó en el festival de teatro de Chichester, dirigida por Jonathan Kent en 2015.
La ilustración corresponde al cuarto y último acto de la puesta en escena de La gaviota
que se presentó en el festival de teatro de Chichester, dirigida por Jonathan Kent en 2015.
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