Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 6 de mayo de 2018

Cinco de mayo: MI BISABUELO CONTRA LOS FRANCESES, de Jorge Ibargüengoitia


(Fragmento final)

Dos recortes de periódico anuncian la llegada de mi bisabuelo, con una mala suerte notable, el día 6, un día después de la batalla. Dicen así: "En los momentos en que el general Zaragoza ponía el anterior telegrama, llegó a Puebla el general don Tomás O'Horan al frente de la brigada con que había batido en Atlixco a don Leonardo Márquez y pocas horas después llegó el general don Florencio Antillón con la brigada de Guanajuato, quedando así notablemente aumentadas las fuerzas que han de operar contra los franceses".
 
Esto desmiente la teoría que dice que la batalla del 5 de mayo la perdieron los franceses por la impuntualidad de un mexicano: Márquez, que según parece había quedado de encontrar a los franceses con no sé cuántos miles de hombres, y que no llegó, pero no por impuntualidad como aseguraba Anfossi en su libro de texto, sino porque O'Horan lo había derrotado.
 
La mala suerte de mi bisabuelo siguió vigente, pues además de perderse de la victoria por un pelo, le tocó la derrota en todo su esplendor.Sigo citando: "Desde esa fecha quedó incorporado al Ejército de Oriente, y desde fines del ataque de Orizaba formó su cuartel en Acatzingo, y recibiendo órdenes como División de Observación de retirarse a Puebla a la vista del enemigo, cuando éste avanzase, así lo ejecutó hasta dar principio a las operaciones de la plaza el 16 de marzo (1863)."
 
"1863. En ella y durante el sitio, que duró sesenta días, cubrió varias líneas, siendo la principal San Javier Santa Anita y la Merced. Rendida la plaza el 17 de mayo (1863) y prisionero de guerra sin compromiso alguno, logró fugarse de la casa que los generales tenían como prisión, y presentarse al Supremo Gobierno en México, para continuar la guerra contra la Invasión...
 
"La rendición, parece, fue como se hacían entonces las cosas: todos en camisa, despeinados, después de quemar el último cartucho, rompieron los fusiles, enterraron las bayonetas, hicieron explotar las piezas de artillería, se pusieron en fila y se cruzaron de brazos hasta que llegaron los franceses.
 
Todo esto parece demostrar que la batalla del 5 de mayo primero, y el sitio de Puebla después, lograron retrasar un año el desarrollo de la Invasión y quizá determinaron así el resultado de la guerra.Los documentos de mi bisabuelo cuentan, entre otras cosas, que después de muchos trabajos logró tomar Guanajuato y después estuvo a las órdenes de Escobedo en la toma de Querétaro, pero eso ya es harina de otro costal.
 
 
 
Jorge Ibargüengoitia (México, 1928-1983).

La ilustración corresponde a la placa conmemorativa de Jorge Ibargüengoitia Antillón, en el parque que lleva el nombre de su bisabuelo, Florencio Antillón, en la ciudad de Guanajuato. 

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