Deja que mi amor sediento
Beba de tu alma el aliento,
Y que mi pecho amoroso,
Con su aroma delicioso,
Se embriague y calme un momento.
ELLA
ELLA
¡O qué delicia! ¡O ventura!
Pasar, como un aura pura,
Mi alma enamorada siente
De la tuya el fuego ardiente,
Y en mar nado de dulzura.
ÉL
ÉL
Deja que latir con brío
Tu corazón sobre el mío,
Casi insensible yo sienta;
Pues tu amor mi sangre alienta,
Como a flor mustia el rocío.
ELLA
ELLA
De amor, de amor desfallezco,
Y toda yo me estremezco
Tu ardiente labio al tocar;
Dame en tu boca saciar
La dulce sed que padezco.
ÉL
ÉL
Qué me importa que el destino
Me haya cerrado el camino
Del bien, si cuanto yo adoro,
Mi esperanza y mi tesoro
Tengo en mis brazos divino.
Esteban Echeverría
(Argentino fallecido en Uruguay, 1805-1851).
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