"... si yo hubiera muerto, las pesadas monedas puestas sobre mis ojos no hubieran señalado más total exclusión."
II
Tan sólo tres personas en todo el Universo
han oído las palabras salidas de tu boca:
¡Dios, tú que las dijiste, yo que las escuché!
Dios mismo, al replicarlas, un anatema puso
Tan sólo tres personas en todo el Universo
han oído las palabras salidas de tu boca:
¡Dios, tú que las dijiste, yo que las escuché!
Dios mismo, al replicarlas, un anatema puso
tan negro en mis pestañas, como si prohibiera
a mi vista el mirarte; que, si yo hubiera muerto,
las pesadas monedas puestas sobre mis ojos
no hubieran señalado más total exclusión.
a mi vista el mirarte; que, si yo hubiera muerto,
las pesadas monedas puestas sobre mis ojos
no hubieran señalado más total exclusión.
¡Amigo, un "no" de Dios es el peor de todos!
No los hombre hubieran podido separarnos,
no cambiarnos los mares, ni doblarnos tormentas;
No los hombre hubieran podido separarnos,
no cambiarnos los mares, ni doblarnos tormentas;
uniríamos las manos por cima de los montes,
y, aunque los cielos todos tuviéramos en medio,
las estrellas harían más fuertes nuestros votos.
y, aunque los cielos todos tuviéramos en medio,
las estrellas harían más fuertes nuestros votos.
Elizabeth Barrett Browning (Inglesa fallecida en Italia, 1806-1861).
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