Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

lunes, 18 de diciembre de 2017

Eclipse: DOS TEXTOS IRÓNICOS DE ESCRITORES ARGENTINOS (Anderson Imbert y Marco Denevi)


 
Granadas
 
El Emperador de la China declaró públicamente que a él, y solo a él, debía culpársele por el último eclipse de sol: lo había causado, sin querer, al cometer un error administrativo. La corte alabó al Emperador por ese admirable rasgo de humildad y contrición.
 
Enrique Anderson Imbert (Argentina, 1910-2000).

 
Gente a la page

Nuestra desgracia es ser personas demasiado avanzadas para un país tan retrógrado. Ese desfase nos causa no pocos disgustos. Cuando nos enteramos, por el Times de Londres, de que el 27 de julio habría un eclipse total de luna, subimos todos a la terraza y nos pasamos la noche bajo un relente feroz, atisbando el cielo. No hubo ningún eclipse. No hubo ni siquiera luna. Lo que sí conseguimos fueron bronquitis y pulmonías.
 
- Será que el eclipse es visible sólo desde las Europas -dijo mamá.
 
- Eso nos da la pauta del atraso en que se debate este pobre país -le contestó papá.
 
Uno o dos años después se anunció un eclipse parcial de luna en Buenos Aires y sus alrededores. Pero nosotros nos negamos a escrutar el firmamento. No nos interesan eclipses de segunda mano, para colmo parciales, antiguallas que Europa no querrá ni regaladas.
 

Marco Denevi (Argentina, 1922-1998).

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