"... el dudoso jardín de la memoria o en los senderos divagantes, era el eclipse de las claridades."
(Fragmento)
Hay un estar
tercero:
el ser sin
ser, la plenitud vacía,
hora sin horas
y otros nombres
con que se
muestra y se dispersa
en las
confluencias del lenguaje
no la
presencia: su presentimiento.
Los nombres
que la nombran dicen: nada,
palabras de dos
filos, palabra entre dos huecos.
Su casa,
edificada sobre el aire
con ladrillos
de fuego y muros de agua,
se hace y se
deshace y es la misma
desde el
principio. Es dios:
habita nombres
que lo niegan.
En las
conversaciones con la higuera
o entre los
blancos del discurso,
en la
conjuración de las imágenes
contra mis
párpados cerrados,
el desvarío de
las simetrías,
los arenales
del insomnio,
el dudoso
jardín de la memoria
o en los
senderos divagantes,
era el eclipse
de las claridades.
Aparecía en
cada forma
de
desvanecimiento.
José Gorostiza (México, 1901-1973).
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