Cuando no estoy seguro de estar vivo
la certidumbre
está a dos pasos, pero cómo duele
reencontrar los
objetos, una pipa, el perrito
de madera de mi
esposa, una esquela
del hermano de
ella, tres o cuatro gafas
también de ella,
un corcho de botella
que le pegó en
la frente en un lejano
cotillón de año nuevo
en Sils Maria
y otras
chácharas. Mudan de domicilio, entran
en los agujeros
más ocultos, siempre
cerca de acabar
en la basura.
Conspirando
entre sí se organizaron
para sostenerme,
saben mejor que yo
el hilo que las
une a quien quisiera
deshacerse de
ellas y no se atreve. Más cercano
en el tiempo el
Gubelin automático trata
de sumárseles,
perpetuamente rechazado.
Lo compramos en
Lucerna y ella dijo
llueve demasiado
en Lucerna, jamás nos va a servir.
Y en efecto…
Eugenio Montale (Italia 1896-1981). Obtuvo el premio Nobel en 1975.
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