Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 15 de enero de 2021

Año nuevo: DEMASIADA FELICIDAD, de Alice Munro

"Porque hemos estado en un cementerio el primer día de año nuevo."

(Fragmento)

El primer día de enero del año 1891 una mujer menuda y un hombre corpulento andan por el Viejo cementerio de Génova. Los dos rondan los cuarenta años. La mujer tiene la cabeza grande, como un niño, con una mata de pelo oscuro y rizado y una expresión preocupada, un poco suplicante. Su rostro empieza a parecer ajado. El hombre es inmenso. Pesa ciento veinticinco kilos, repartidos en un cuerpo enorme; como es ruso a menudo los llaman oso, y también cosaco. En estos momentos está agachado sobre unas lápidas, escribiendo en un cuaderno, recopilando inscripciones y tratando de descifrar abreviaturas que no comprende de inmediato, a pesar de hablar ruso, francés inglés e italiano y comprende el latín clásico y medieval. Sus conocimientos son tan dilatados como su físico, y aunque su especialidad es el derecho administrativo, es capaz de disertar sobre el desarrollo de las instituciones políticas contemporáneas de Estados Unidos, las peculiaridades de la sociedad en Rusia y en Occidente y las leyes y costumbres de los imperios antiguos. Pero no es un pedante. Es ocurrente y goza de muchas simpatías, se siente a sus anchas en ambientes muy distintos y puede llevar una vida sumamente cómoda gracias a sus propiedades cerca de Jarkov. Sin embargo, tiene prohibido ocupar un puesto académico en Rusia, por ser liberal.
 
Su nombre se le pega mucho. Maksim. Maksimovich Kovalesvski.
 
La mujer que lo acompaña también es una Kovalesvski. Estuvo casada con un primo de él pero ahora es viuda.
 
Le habla en tono de broma.
 
- Sabes que uno de los dos va a morir- le dice-. Uno de los dos morirá este año.
 
Sin prestarle demasiada atención, él le pregunta:
 
- ¿Y eso por qué?
 
- Porque hemos estado en un cementerio el primer día de año nuevo.
 
- En efecto.
 
- Todavía hay unas cuantas cosas que tú no sabes- añade ella con voz coqueta pero inquieta Yo las sabía antes de los ocho años.
 
- Las chicas pasan más tiempo con las cocineras y los chicos con los mozos de cuadra… supongo que por eso.
 
- ¿Y los chicos de las cuadras no saben nada de la muerte?
 
- No mucho. Se concentran en otras cosas.
 
Ese día hay nieve pero es blanda. Donde pisan dejan huellas negras, derretidas.
  

Alice Munro: Alice Ann Laidlaw (Canadá, 1931).
Obtuvo el premio Nobel en 2013.

La ilustración corresponde al cementerio de Staglieno en Genova, Italia.

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