Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

lunes, 8 de julio de 2019

Tu boca: PELEAS Y MELISANDA, de Maurice Maeterlinck


(Fragmento del cuarto acto, escena IV)

Melisanda (con voz ahogada): ¡Ah!... ¡Está detrás de un árbol!

Peleas: ¿Quién?

Melisanda: ¡Golod!

Peleas: ¿Golod?... ¿Dónde?... No veo nada...

Melisanda: Allí... donde acaban nuestras sombras...

Peleas: Sí, sí; le he visto... No nos volvamos bruscamente...

Melisanda: Tiene la espada...

Peleas: Yo no tengo la mía...

Melisanda: Ha visto que nos abrazábamos...

Peleas: No sabe que le hemos visto... No te muevas; no vuelvas la cabeza... Se arrojaría sobre nosotros... Se estará quieto mientras crea que no sabemos... Nos observa... Aún está inmóvil... Vete, vete enseguida por aquí... Yo le esperaré... le detendré...

Melisanda : ¡No, no, no!...

Peleas: ¡Vete, vete! ¡Lo ha visto todo!... ¡Nos matará!...

Melisanda: ¡Mejor! ¡Mejor! ¡Mejor!...

Peleas: ¡Viene! ¡Viene!... ¡Tu boca!... ¡Tu boca!...

Se besan desatinadamente.

Peleas: ¡Oh! ¡Oh! ¡Todas las estrellas se caen!...

Melisanda: ¡Sobre mí también! ¡Sobre mí también!...

Peleas: ¡Más! ¡Más! ¡Dame!... ¡Dame!...

Melisanda: ¡Toda! ¡Toda! ¡Toda!...

Golod se precipita sobre ellos con la espada en la mano, y hiere a Peleas, que cae junto a la fuente. Melisanda huye llena de espanto.

Melisanda (huyendo): ¡Oh! ¡Oh! ¡No tengo valor!... ¡No tengo valor!...

Golod la persigue a través del bosque, en silencio.


Maurice Maeterlinck (Belga fallecido en Francia, 1862-1949).
Obtuvo el premio Nobel en 1911.

Las ilustraciones corresponden a la puesta en escena de Pelleas et Mélisande en el año de 1904,
con Sarah Bernhardt interpretando del peronaje masculiomo de Pélleas.

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