"La ensangrentada huella del filo de un puñal:"
¡Oh mi adorada niña!
¡Oh mi adorada niña!
Te diré la verdad:
Tus ojos me parecen
brasas en un cristal;
tus rizos, negro luto,
y tu boca sin par,
la ensangrentada huella
del filo de un puñal.
Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario