"... me contaban de aquella mujer que solía pasar las tardes en el malecón esperando el día de mi llegada..."
Supongo que nací en un puerto
-a estas alturas de la vida, nada me consta-
porque me contaban de aquella mujer
que solía pasar las tardes en el malecón
esperando el día de mi llegada
y a ella le gustaba repetir hasta el cansancio,
con la ternura arbitraria de una madre,
que heredé los ojos del mar.
Mi infancia es esa playa lejana,
nuestras risas encaramadas
en la euforia del verano
es una noche cualquiera de recuerdos tangibles,
fotos, cartas y tarjetas, objetos para invocar
la memoria del edén traicionado.
Amanece y recupero el presente,
cada palabra nueva limpia de ayeres mi boca.
Supongo que nací en un puerto
-a estas alturas de la vida, nada me consta-
porque me contaban de aquella mujer
que solía pasar las tardes en el malecón
esperando el día de mi llegada
y a ella le gustaba repetir hasta el cansancio,
con la ternura arbitraria de una madre,
que heredé los ojos del mar.
Mi infancia es esa playa lejana,
nuestras risas encaramadas
en la euforia del verano
es una noche cualquiera de recuerdos tangibles,
fotos, cartas y tarjetas, objetos para invocar
la memoria del edén traicionado.
Amanece y recupero el presente,
cada palabra nueva limpia de ayeres mi boca.
Jules Etienne
La ilustración corresponde al malecón de la playa Miramar, en Tampico.
La ilustración corresponde al malecón de la playa Miramar, en Tampico.
que no se limpie de ayeres tu memoria, porque
ResponderBorrarborrarias mi estar en ellos.
un abrazo.
clara martha...