El rey de que se trata tenía un hijo aficionadísimo a la caza con galgos, y tenía también un visir. El rey mandó al visir que acompañara a su hijo allá donde fuese. Un día entre los días, el hijo salió a cazar con galgos, y con él salió el visir. Y ambos vieron un animal monstruoso. Y el visir dijo al hijo del rey: "¡Anda contra esa fiera! ¡Persíguela!" Y el príncipe se puso a perseguir a la fiera hasta que todos le perdieron de vista. Y de pronto la fiera desapareció del desierto. El príncipe permanecía perplejo, sin saber hacia dónde ir, cuando vio en lo más alto del camino una joven esclava que estaba llorando. El príncipe le preguntó: "¿Quién eres?" Y ella respondió: "Soy la hija de un rey de reyes de la India. Iba con la caravana por el desierto, sentí ganas de dormir, y me caí de la cabalgadura sin darme cuenta. Entonces me encontré sola y abandonada". A estas palabras, sintió lástima el príncipe y emprendió la marcha con la joven, llevándola a la grupa de su mismo caballo. Al pasar frente a un bosquecillo, la esclava le dijo: "¡Oh señor, desearía evacuar una necesidad!" Entonces el príncipe la desmontó junto al bosquecillo, y viendo que tardaba mucho, marchó detrás de ella sin que la esclava pudiera enterarse. La esclava era un vampiro, y estaba diciendo a sus hijos: "¡Hijos míos, les traigo un joven muy robusto!" Y ellos dijeron: "¡Tráelo, madre, para que lo devoremos!" Cuando lo oyó el príncipe, ya no pudo dudar de su próxima muerte, y las carnes le temblaban de terror mientras volvía al camino. Cuando salió la vampiro de su cubil, al ver al príncipe temblar como un cobarde, le preguntó: "¿Por qué tienes miedo?" Y él dijo: "Hay un enemigo que me inspira temor". Y prosiguió la vampiro: "Me has dicho que eres un príncipe..." Y respondió él: "Así es la verdad". Y ella le dijo: "Y entonces, ¿por qué no das algún dinero a tu enemigo para satisfacerle?" El príncipe replicó: "No se satisface con dinero. Sólo se contenta con el alma. Por eso tengo miedo, como víctima de una injusticia". Y la vampiro le dijo: "Si te persiguen como afirmas, pide contra tu enemigo la ayuda de Alá, y Él te librará de sus maleficios y de los maleficio de aquellos de quienes tienes miedo".
Entonces el príncipe levantó la cabeza al cielo y dijo: "¡Oh tú, que atiendes al oprimido que te implora, hazme triunfar de mi enemigo, y aléjale de mí, pues tienes poder para cuanto deseas!"
Entonces el príncipe levantó la cabeza al cielo y dijo: "¡Oh tú, que atiendes al oprimido que te implora, hazme triunfar de mi enemigo, y aléjale de mí, pues tienes poder para cuanto deseas!"
Cuando la vampiro oyó estas palabras, desapareció. Y el príncipe pudo regresar al lado de su padre, y le dio cuenta del mal consejo del visir. Y el rey mandó matar al visir."
Anónimo
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