Regresa la primavera a Vancouver.

lunes, 24 de abril de 2023

Tampico: LA VENGANZA DE WINNETOU, de Karl May


El Ku-Klux-Klan

(Fragmento del capítulo IV: La taberna)

- Eso será imposible, pues no es tan fácil apoderarse en Texas de un individuo para llevárselo a Nueva York. Ya me daría yo por contento con poder arrancar a Ohlert de manos del criminal, y salvar a lo menos parte de las cantidades que se ha apropiado. Además me daría una gran satisfacción escuchar de labios de usted que no tiene ya a los alemanes por bárbaros sin sentimientos nobles, pues me ha dolido ver que mis compatriotas y yo somos despreciados por una señora tan digna y tan atenta.

La contestación a mis palabras consistió en una serie de disculpas y protestas de que había vuelto de su error; de manera que nos separamos del modo más afectuoso. Al salir despedí a los agentes de la policía con una buena propina y eché a correr a un despacho de consignación de buques para procurarme un pasaje para Quintana. La ocasión no me era favorable; el barco que estaba de salida iba a Tampico y hacía escalas, en tanto que los directos para Quintana no salían sino hasta algunos días después. Por fin encontré un velero rápido que transportaba carga a Galveston y salía aquella misma tarde, por lo que de inmediato contraté un camarote. En Galveston hallaría fácilmente medios para continuar el viaje. Arreglé todos mis asuntos y me embarqué.

Pero mis esperanzas resultaron fallidas. De Galveston salía un buque para Matagorda, en la desembocadura del Colorado occidental, el cual pasaba por Quintana pero sin detenerse; sin embargo, me aseguraron que entre dichos puntos había frecuentes comunicaciones, y esto me decidió a aprovechar la ocasión, de que más tarde no habría de arrepentirme.

El hombre del tótem

(Fragmento)

Ahora inervino el capitán. Para su deleite, Forster había encontrado en él a un compañero de estudios y, por lo tanto, le había informado el motivo de su viaje y su propósito.

- ¿Cuánto tiempo más tenemos que navegar, Williams?

- En dos horas más estaremos en el puerto. Aquí tienes la pipa. Ayer cortamos por el trópico y luego doblamos a la altura de Tampico. La franja que tenemos enfrente es la costa de Veracruz.

De hecho, Forster reconoció un rayo oscuro cerrándose en el horizonte.

- ¿Conoces el horario de la oficina de correos?

- No. En cualquier caso, no tendrás que esperar mucho. ¿De veras crees que puedes encontrar al tipo en Morelia?

Probablemente. Pero no puedo reclamarlo.

- Me gustaría asumir que está en Texas. Debe ser muy conocido allí, de lo contrario no habría hablado tanto del país, que es tan extenso y allí puede iniciar sus especulaciones a pesar de los temores de una posible persecución. Solo recuerde que ese no es un territorio de los Estados Unidos sino una provincia mexicana y su extradición requeriría largas negociaciones durante las cuales podría escaparse diez veces.

Karl May (Alemania, 1842-1912).

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