Letanía en tiempos de la peste
¡Adieu, adiós, a la dicha de la tierra!
"Del invierno, la plaga y la pestilencia, líbranos Señor."
Thomas Nashe
¡Adieu, adiós, a la dicha de la tierra!
Este mundo incierto es:
Alegría de los placeres lujuriosos de la vida;
La muerte prueba a todos que no son más que juguetes.
Ninguno de sus dardos puede volar;
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
Hombres ricos, no confíen en la riqueza,
Hombres ricos, no confíen en la riqueza,
El oro no puede comprar salud;
El cuerpo debe desvanecerse.
Todas las cosas fueron hechas con un final,
La peste pasa tan veloz;
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
La belleza no es más que una flor
La belleza no es más que una flor
cuyas arrugas devoran;
El brillo cae del aire;
Las reinas han muerto jóvenes y justas;
El polvo ha cerrado los ojos de Helena.
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
La fuerza se inclina ante la tumba,
La fuerza se inclina ante la tumba,
los gusanos se alimentan del valiente Héctor;
Las espadas no pueden pelear contra el destino,
La Tierra aún mantiene abierta su puerta.
"¡Ven, ven!", lloran las campanas.
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
El ingenio con su desenfreno
El ingenio con su desenfreno
Degusta la amargura de la muerte;
El verdugo del infierno
No tiene oídos para escuchar
Qué arte vano puede responder.
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
La prisa, entonces, en cada paso,
La prisa, entonces, en cada paso,
Acoge al destino;
El cielo es nuestra herencia,
La Tierra no es más que el escenario de un actor,
Montemos hacia el cielo.
Estoy enfermo, voy a morir.
¡Señor, ten piedad de nosotros!
Thomas Nashe (Inglaterra, 1567-1601).
(Traducido al español por Jules Etienne).
(Traducido al español por Jules Etienne).
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