Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

martes, 14 de abril de 2020

Epidemias: LA LEYENDA DEL REY DE LA PESTE, de Lars Andersson

"... el envenenamiento lo llevaba la gente allí y de allí se extendía a todos los que bebían de ese cáliz."

La denominación para la peste proviene del latín: pestis o pestilentia, que alude a una epidemia. También se volvió muy común en Europa referirse a «la plaga». Sin embargo, fue precisamente el protagonista de esta novela, Magnus Eriksson, rey de Noruega y Suecia, quien utilizó por primera vez en un documento oficial la expresión de «Peste Negra», en una carta real fechada en septiembre de 1349.

(Fragmento

Y Göpa dijo:

Nadie es inalcanzable para la peste, mientras se es hombre y se vive entre la gente. Quién vivió, quién se escapó, quién quedó atrapado, algo para entender; yo no he podido.

¿Pero tú fuiste a confesarte?

Göpa estaba allí, de pie, con la red en las manos, como si la hubiera acabado de encontrar y no supiera si era algo que tenía que llevarse.

No fue en la iglesia de nuestro pueblo, y yo no estaba en mis cabales. No me da ninguna alegría recordarlo. En ese momento me hizo feliz, no puedo negarlo: abrir las puertas de la iglesia, gritando que teníamos la peste sobre nosotros, y verlos escaparse como de un puente colgante que el río se lleva... Tomé el cáliz entre mis manos y grité: ¿Quién ha escupido sangre? y, ¿quién tiene la boca llena de sangre? y algunas cosas que no recuerdo. Yo estaba fuera de mí, y le había echado la culpa a la misa y a la confesión: el envenenamiento lo llevaba la gente allí y de allí se extendía a todos los que bebían de ese cáliz.

El rey Magnus se persignó, no dijo nada. Göpa seguía con su red en las manos:

Estaba confundido, lo sé ahora, pero parecía cierto. Y yo ya no tenía veinte años. Y quemé mi casa que era mía desde que me hice hombre para trabajar. Pero la peste encontraba sus caminos. Como tú dijiste: caminos de pueblos, caminos de castillos. A quién dejó y a quién se llevó, no soy yo el que puede encontrar un porqué. Es como la oscuridad de la noche antes de la nieve, cuando son otros lo que cazan y yo no veo nada. Como por las noches, antes de que caiga la nieve.


Lars Andersson (Suecia, 1954).

(Traducido al español por Ana L. Valdés).

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