Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

viernes, 27 de julio de 2018

Solsticio: PELANDO LA CEBOLLA, de Günter Grass


(Fragmento que hace referencia al solsticio de verano)

Es verdad que no puedo recordar haberme sentido especialmente entusiasmado, haberme abierto paso hasta las tribunas como portaestandarte, ni haber aspirado jamás al puesto de jefe de pelotón, lleno de cordones, pero colaboré sin rechistar incluso cuando me aburrían aquellos eternos cánticos y aquel redoblar sordo.

No era sólo el uniforme lo que atraía. La divisa hecha a medida «¡La juventud debe dirigir a la juventud!» concordaba con lo que se ofrecía: acampadas y juegos al aire libre en los bosques playeros, fuegos de campamento entre rocas erráticas convertidas en lugares germánicos de asamblea en las tierras onduladas del sur de la ciudad, celebraciones del solsticio de verano y del alba bajo el cielo estrellado y en claros del bosque abiertos hacia el este. Cantábamos, como si los cánticos hubieran podido hacer al Reich más y más grande.

Mi abanderado, un chico obrero del asentamiento de Nueva Escocia, era apenas dos años mayor que yo: un tipo estupendo que tenía gracia y sabía andar sobre las manos. Yo lo admiraba, me reía cuando se reía, y le corría detrás obedientemente.

Todo ello me seducía para salir del aire viciado pequeñoburgués de las coacciones familiares, apartarme del padre, del parloteo de los clientes ante el mostrador de la tienda, de la estrechez del piso de dos habitaciones del que sólo me correspondía el nicho plano que había bajo el alféizar de la ventana derecha del cuarto de estar, que debía bastarme.

En sus estantes se amontonaban los libros y mis álbumes para pegar los cromos de los cigarrillos. Allí tenían su lugar la plastilina para mis primeras figuras, el bloc de dibujo Pelikan, la caja de doce colores de aguada, los sellos de correos coleccionados de forma más bien secundaria, un montón de chismes y mis secretos cuadernos de escribir.

Günter Grass (Alemania, 1927-2015). Recibió el premio Nobel en 1999.
 

La lectura de las primeras páginas de Pelando la cebolla es posible en el sitio de Editorial Alfaguara:
(buscar la descarga en la esquina inferior a la izquierda) http://www.alfaguara.com/es/libro/pelando-la-cebolla/

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