(Fragmento)
Julia: Déme usted agua. Así. (Va hacia el lavabo y se lava la cara y las manos). Déme
usted una toalla. ¡Ah! ¿Ya ha salido el sol?
Juan: Y el duendecillo encantado vigila su fuga.
Julia: Sí, esta noche ha procedido como un verdadero duende en acción... Óyeme, Juan.
Ven conmigo: ahora tengo medios.
Juan (Dudando): ¿Suficientes?
Julia: Bastantes por lo pronto. Ven conmigo, porque hoy no puedo viajar sola. Fíjate:
es el día de San Juan; en un tren asfixiante, apretujada entre una masa de
gente, que me mirarán con unos ojos así de grandes; tener que aguardar en las
estaciones, cuando yo quisiera volar. No, no; no puedo, no puedo. Y después se
me irán presen- tando las sensaciones de la infancia: el día de San Juan, con la iglesia
adornada de ramajes: ramas de abedul y saúco. La cena con la mesa suntuosamente
puesta: parientes, amigos; el café en el parque: danzas, músicas, flores y
juegos. ¡Ah, fugarse! ¡Fugarse! ¡Huir! Pero en el furgón de equipajes nos
persiguen los recuerdos, los afectos, los remordimientos...
August Strindberg (Suecia, 1849-1912).
(Traducido al español por Cristóbal de Castro).
Las ilustraciones corresponden a Ingmar Bergman dirigiendo la puesta en escena para el Teatro Real Dramático de Suecia en 1991, y a Peter Stormare como Juan y Lena Olin en el papel de Julia durante una escena de la obra.
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