El unicornio, con dos jinetes,
comienza a lamer las flechas.
Van a la nieve de la extensión,
a la invariable línea del horizonte.
Regresa el unicornio, los jinetes
se perdieron al contemplar
las flechas cubriendo los ojos,
la boca y los labios balbuceando
el aislamiento de las letras,
sin ser pesada por la boca,
ni derretidas por los labios.
Los jinetes regresaron con un nuevo lenguaje,
tardaron demasiado tiempo
en ser interpretados
y huyeron de nuevo.
Desaparecían y ceñían
la novísima discontinuidad
del tiempo, roto el sueño
de la sucesión numérica.
José Lezama Lima (Cuba, 1910-1976)
La ilustración corresponde a La caza del unicornio, de Jan van der Straut (alrededor de 1596).
La ilustración corresponde a La caza del unicornio, de Jan van der Straut (alrededor de 1596).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario