Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

jueves, 14 de enero de 2016

Unicornios: LA DAMA BLANCA, de Robert Graves

"La pureza de la virgen representa la integridad espiritual. El unicornio apoya la cabeza en su regazo..."

(Fragmento)

La Letanía de la Virgen Santísima contiene la plegaria Sedes sapientiae, ora pro nobis, «Sede de la Sabiduría, ruega por nosotros». Pues San Pedro Crisólogo en su Sermón sobre la Anunciación había representado a la Virgen como el templo de siete pilares que la Sabiduría (según Proverbios, IX, 10) se había erigido a sí misma. Así se puede interpretar fácilmente el significado de la alegoría, medieval acerca del unicornio blanco como la leche que podía ser capturado solamente con la ayuda de una virgen pura. El Unicornio es el Corzo en el Soto. Se aloja bajo un manzano, el árbol de la inmortalidad por la sabiduría. Sólo lo puede capturar una virgen pura: la Sabiduría misma. La pureza de la virgen representa la integridad espiritual. El unicornio apoya la cabeza en su regazo y llora de alegría. Pero la versión provenzal de la fábula es que el animal hociquea sus pechos e intenta otras familiaridades, por lo que la virgen le ase suavemente por el cuerno y lo lleva adonde están los cazadores: aquí es, en realidad, un símbolo del amor profano rechazado por el amor espiritual.
 
Robert Graves (Inglaterra, 1895-1985)

La ilustración corresponde a La virgen y el unicornio (1604), de Domenico Zampieri.

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