Regresa la primavera a Vancouver.

domingo, 2 de mayo de 2021

Miércoles de ceniza: GENTE INDEPENDIENTE, de Halldór Laxness

"... pero ahora aparentemente, debía pasar todo el mes de Porri y todo el mes de Góa..."

(Fragmento del capítulo 48)

Pero Asta Sóllilja había estado esperando el miércoles de ceniza, porque le parecía recordar que el miércoles de ceniza era una cumbre desde la cual podía divisar la Pascua, pero ahora, aparentemente, debía pasar todo el mes de Porri y todo el mes de Góa, y después vendría... el ayuno de nueve semanas. ¿El ayuno de nueve semanas? ¿Nueve semanas? ¿Quién podría sobrevivir a un ayuno así? Pero cobró nuevos ánimos y expresó la esperanza de que cuando el ayuno de las nueve semanas hubiese terminado, el miércoles de ceniza no estuviese ya tan lejos.

- Oh, yo siempre entendí que primero venía el martes de carnaval.

- Pero el miércoles de ceniza debe llegar alguna vez, abuela, y entonces no faltará mucho para Pascua.
 
- Será una novedad, entonces -replicó la anciana, echando la cabeza hacia atrás y lanzando una mirada oblicua, hacia abajo, a sus agujas-. En mis tiempos el miércoles de ceniza era siempre seguido del ayuno.
 
- ¿Qué ayuno?
 
- ¡Pues, el largo ayuno, la Cuaresma mujer... la Cuaresma! ¡Habrase visto tamaña ignorancia! ¡Tiene casi dieciséis años de edad y cree que la Pascua viene inmediata- mente después del miércoles de ceniza! En mi época se te habría considerado una boba por no conocer la Cuaresma y las más importantes festividades que hay en ella, las témporas, por ejemplo, y la Anunciación.
 
- Pero conozco el Viernes Santo -dijo la joven con repentina inspiración-. Alguna vez llegará, ¿no es cierto?
 
- Oh, creo que San Magno viene antes -replicó la anciana-. Y el Jueves Santo.
 
Esto terminó con la tentativa de centrar la Pascua. Se rindió. Se había extraviado en los desiertos del calendario, perdió todo el sentido de dirección, la lana repen- tinamente pegajosa en sus dedos, todos los vellones convertidos de pronto en masas enmarañadas que jamás lograría peinar. ¿Por qué estos jóvenes no podían consolar- se con el pensamiento de que todo pasa, de un modo o de otro, tal como mejor le place al Hacedor?
 
Halldór Laxness (Islandia, 1902-1998). Obtuvo el premio Nobel en 1955.

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