¡Memento, homo, quia pulvis es!
Hoy la cruz de cenizas marca mi frente:
Ayer, durmiendo solemne yacías tú,
¡Oh de antaño querido para mí, y más querido ahora!
¡Memento, homo, quia pulvis es!
(Memento, homo, quia pulvis es!
Today the cross of ashes mark my brow:
Yesterday, laid to solemn sleep wert thou,
O dear to me of old, and dearer now!
Memento, homo, quia pulvis es!)
Como nota al calce cabe señalar que fue él quien introdujo a Lord Alfred Douglas con Oscar Wilde, cuya intimidad escandalizó a la rígida sociedad victoriana, relación que criticó sin piedad en El destructor de un alma (The Destroyer of a Soul, 1892).
Estas son un par de estrofas con tono un tanto necrófilo, del poema dedicado al miércoles de ceniza escrito por Louise Levêque de Vilmorin (Francia, 1902-1969):
Iré gustoso, el Miércoles de Ceniza,
Borrando de tu frente el anuncio de la muerte,
Para traerte la muerte lenta al abrigo de mis brazos.
Con mucho gusto iré, el miércoles de ceniza, a
darte esa muerte que el amor sigue esperando.
(J’irai bien volontiers, le Mercredi des Cendres,
Effaçant de ton front l’annonce du trépas,
Te porter la mort lente à l’abri de mes bras.
J’irai bien volontiers, le Mercredi des Cendres,
Te donner cette mort que l’amour fait attendre.)
Contemporáneo y de notoria raigambre religiosa es Marcado por cenizas, incluido en Oraciones para gente privilegiada (Prayers for a Privileged People, 2008), de Wal- ter Brueggemann, más bien una plegaria con aliento poético:
Este miércoles está muy lejos del miércoles de ceniza,
pero todos nuestros miércoles están marcados por las cenizas -
comenzamos este día con ese sabor a ceniza en la boca:
de esperanza fallida y promesas rotas,
de niños olvidados y mujeres temerosas,
nosotros mismos somos cenizas a las cenizas, polvo al polvo:
podemos saborear nuestra mortalidad mientras hacemos rodar la ceniza en nuestras lenguas.
(Marked by Ashes
This Wednesday is a long way from Ash Wednesday,
but all our Wednesdays are marked by ashes -
we begin this day with that taste of ash in our mouth:
of failed hope and broken promises,
of forgotten children and frightened women,
we ourselves are ashes to ashes, polvo al polvo:
we can taste our mortality as we roll the ash around on our tongues.)
En cuanto a nuestra lengua, en 1928, el argentino Raúl González Tuñón publica un poemario que lleva por título Miércoles de ceniza, y al mismo autor también corresponde «Aquí yacen ceniza y polvo y nada», que figura en Morir en Madrid.
Aunque la referencia al miércoles de ceniza se limita a una breve estrofa, no deja de ser importante mencionar el Poema del otoño, de Rubén Darío, que apareciera publicado por primera vez en El Cojo Ilustrado, de Caracas, en 1908. Tras mencionar el Eclesiastés bíblico procede:
El domingo de amor te hechiza;
mas mira como
llega el miércoles de ceniza;
Memento, homo...
Jules Etienne
Las traducciones del inglés tanto de Lionel Johnson como de Walter Brueggemann,
lo mismo que del francés, de Louis Levêque de Vilmorin, son de mi responsabilidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario