Vancouver: luz de agosto en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne).

domingo, 30 de mayo de 2021

Venecia: EL MORO DE VENECIA, de Giambattista Giraldi Cinthio


(Fragmento inicial)
 
Hubo un tiempo en Venecia un moro que, por sus hazañas y por haber dado en la guerra pruebas de gran prudencia e ingenio, era muy apreciado por los dogos, los cuales superan a los gobernantes de cuantas repúblicas ha habido en premiar las acciones virtuosas de los hombres.
 
Aconteció que una mujer virtuosa y de maravillosa belleza llamada Desdémona, se enamoró de él, atraída no por simple sensualidad sino más bien por la virtud del Moro; y éste, sojuzgado por la belleza y por los nobles sentimientos de la dama, también quedó prendado de ella, con tan buen fortuna que se unieron en matrimonio, aún cuando los parientes de la mujer hicieran lo posible porque ella tomara otro marido. Durante su estancia en Venecia vivieron juntos con tanta armonía y tranquilidad que nunca surgió entre ellos, no digo un disgusto, sino una palabra que no fuera amorosa.
 
Ocurrió que los señores venecianos hicieron relevo de los soldados que tenían en Chipre y eligieron al moro como capitán de los soldados que allí enviarían. Éste, aunque muy contento del honor que se le rendía (porque ese cargo de gran dignidad se otorgaba sólo a hombres nobles, fuertes, fieles y de probado valor), se entristeció al considerar lo largo e incómodo del viaje, suponiendo que Desdémona se fastidiaría: la mujer, que no tenía otra felicidad en el mundo que el Moro, estaba muy contenta por el reconocimiento al valor de su marido por parte de la poderosa y noble república, no veía la hora de que se embarcara con sus tropas para acompañarlo en su honorable encomienda, pero le apenaba ver al moro preocupado y desconociendo el motivo, un día, cuando se encontraban comiendo, le dijo:
 
- ¿Cómo es posible, Moro, que cuando su Señoría te ha conferido un puesto tan importante te encuentres así de melancólico?
 
Contestó a Desdémona:
 
- El amor que te tengo altera mi alegría, porque es forzoso que ocurra una de estas dos cosas: que yo te lleve conmigo exponiéndote a los peligros del mar o que, para evitarte esas incomodidades te deje aquí en Venecia.
 
 
Giambattista Giraldi Cinthio o Cinzio (Italia, 1504.1573).

La ilustración corresponde al Palazzo Contarini Fasan, conocido como La casa de Desdémona, en Venecia.

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