Regresa la primavera a Vancouver.

viernes, 18 de marzo de 2022

Día de reyes: DOS TEXTOS ALUSIVOS de José Bergamín


(De El cohete y la estrella)

... Herodes recibió a los tres reyes magos en su palacio, con gran solemnidad y ceremonia; los agasajó y los sentó a su mesa, y luego les habló de este modo:

- Sé que vuestro saber ha profundizado todas las ciencias y las artes. ¿Queréis enseñarme vuestros secretos?

Entonces ellos pasaron aquel día mostrándole asombrosos juegos de prestidigitación y por la noche prepararon una gran fiesta pirotécnica, que iluminó la ciudad alegremente. Un poco antes del amanecer reunieron su cortejo y, dejando en puertas y ventanas los juguetes para los niños, partió su caravana melancólica.

Herodes, que no se había quedado satisfecho, les detuvo en el camino y les dijo: «Me habéis engañado ocultándome vuestro secreto más importante. ¿Dónde está la estre- lla que os guía?».

Y ellos sonrieron sin contestar.

- Si no me lo decís -insistió Herodes-, mandaré mataros.

Y ellos volvieron a sonreír y a no contestar.

Entonces, Herodes, irritado, les gritó:

- ¡Os digo que tenéis la vida pendiente de un hilo mientras no me descubráis vuestra estrella maravillosa!

Y el rey negro, que era más astuto que los otros y algo burlón, explicó: «Lo que tenemos pendiente de un hilo, señor, es la estrella maravillosa». Y dejando asomar por su ropón unos grandes picos dorados, añadía: «La lleva siempre el que va delan- te de nosotros».

Así dejó Herodes marchar a los tres reyes profesionales del ocultismo, quedándose muy pensativo porque su corazón rebosaba pena y sentía una inmensa piedad hacia todas las cosas.

Aquel mismo día ordenó la degollación de los niños, que murieron con los primeros juguetes de su inocencia.

(De La decadencia del analfabetismo)

En los Nacimientos de Nochebuena la representación poética se ha reducido y como paralizado en un instante: tiene por eso mismo más intensiadad comprensiva, más ingenuidad y más coherencia: trascendiendo poéticamente la incoherencia literal; sobre todo si en el Nacimiento se figuran trenes y aviones y los Reyes Magos viajan en automóvil y el Palacio de Herodes se ilumina elécrticamente: cuando hay tendida por el monte una extensa red de comunicaciones telegráficas y telefónicas para que un solo ángel pueda avisar a todos los pastores al mismo tiempo y el Rey Herodes pueda ordenar más rápidamente, pot telégrafo, y en comunicación cifrada, para hacerla todavía más literal, la degollación de los inocentes.

José Bergamín (España, 1895-1983).

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